Nuestra Señora de Malvinas

jueves, 22 de octubre de 2020

Teniente Oscar Abel Lucioni, Héroe de la Guerra Antisubversiva

 


ARGENTINA EN GUERRA. 1959-1990 GUERRA ANTISUBVERSIVA: EL 21 DE OCTUBRE DE 1976 SEÌS EXTREMISTAS EMBOSCAN AL TENIENTE 1° OSCAR ABEL LUCIONI DEL EJÉRCITO ARGENTINO, QUIEN REPELE LA AGRESIÒN, PERO FALLECE 9 DÌAS DESPUÉS

  El teniente primero Oscar Abel Lucioni, nació el 10 de febrero de 1944 en la ciudad de Buenos Aires. Ingresó al Colegio Militar de la Nación en febrero de 1964, y egresó como subteniente del arma de Caballería en diciembre de 1967. Prestó servicios en varias unidades del arma y en 1975 fue destinado a la Compañía Comando y Servicios del Estado Mayor General del Ejército, su último destino antes de su muerte, estaba casado con la señora Ana María Domínguez y era padre de tres hijos. 

  El 21 de Octubre de 1976, poco después de las 07:00 horas, el teniente primero Lucioni salió de su domicilio particular, próximo a las calles Zapiola y Mendoza, en el porteño barrio de Belgrano, para dirigirse a su actividad diaria en el Estado Mayor General del Ejército. Luego de dejar el edificio donde vivía caminó pocos metros hasta llegar a su automóvil estacionado en la calle; llegó hasta el mismo y en el momento en que lo abría recibió el primero de los nueve impactos de bala que acabaron con su vida. 

  Aunque el ataque se produjo por sorpresa y por la espalda, Lucioni alcanzó a empuñar su arma contra los subversivos que lo emboscaron. La reacción aceleró la fuga de los 6 atacantes y permitió que aún sangrante y desfalleciente, regresara hasta encontrar al encargado de su edificio a quien entregó su arma para que ésta no le fuera arrebatada. Seguidamente auxiliado por la rápida reacción de un joven vecino, fue llevado en un vehículo conducido por una mujer, al Hospital Pirovano desde donde más tarde fue trasladado al Hospital Militar.

  El teniente primero Lucioni falleció a los nueve días del atentado, el día 30 de octubre a las 16:00 horas; y fue ascendido a capitán de forma pòstuma. La mafiosa y genocida organizaciòn castroguevarista Montoneros se adjudicó el asesinato.

  Recordemos que años después su hijo, el capitán Juan Lucioni, comando del Ejército Argentino, fue sancionado severamente y luego separado de la fuerza por haber participado en un acto pùblico (junto a otros militares, foto 4) en reivindicaciòn de los caìdos en la lucha contra la subversiòn; mientras que la hija del capitán Oscar Abel Lucioni, Ana Marìa (foto 3), en su momento entablò una dura batalla ante la Justicia para solicitar que se investigue la muerte de su padre, sumándose al de muchos otros familiares de vìctimas de la subversiòn que reclamaron al Estado indemnizaciones para familiares de víctimas de la violencia subversiva, esto apoyado en esas fechas (junio del año 2000) por el teniente general Ricardo Brinzoni, entonces jefe del Ejército, quien bien expresò que "La memoria parcial es peor o más injusta que el olvido. Estoy de acuerdo con alcanzar una memoria completa, pero no instrumento ni motorizo las presentaciones." 

  Esas presentaciones judiciales, que no se hicieron tanto por el dinero sino por las verdaderas cuestiones jurìdicas, polìticas e històricas que reconozcan los hechos còmo y tal cual fueron, y no como lo plantea "el relato" subversivo, o sea del terrorismo genocida enemigo de la Naciòn que es el que se impone, ya que era y aùn es interés de los familiares de vìctimas de la subversiòn desarrollar una estrategia, tanto política como jurídica, consistente en reclamar los mismos beneficios que reciben los familiares de los falsos desaparecidos, pero que en realidad buscan que por medio de procesos judiciales se de a conocer la verdad de lo que ocurrió, en lo que es una revisión histórica de la Guerra Antisubversiva pero respecto a lo cual hasta ahora sòlo se ha escuchado "una sola campana": LA SUBVERSIVA.

  En su momento Brinzoni avaló los pedidos que Diego Lucas López Vargas, Juan Carlos Gambande, Liliana Inés Raffo de Cutiellos y Lucioni hicieron ante la subsecretaría de DDHH, pudiendo destacar que tres de ellos fueron víctimas de la violencia terrorista de la década del 70, mientras que en el caso de Cutiellos, como bien sabemos, fue asesinado defendiendo el Regimiento de La Tablada, atacado en 1989, y recibiendo como ùnica respuesta, de la izquierdista Diana Conti, en ese monento a cargo de la subsecretarìa (siempre se los ha designado en tales cargos), que "La indemnización se la deberían pedir a quienes creen que son los asesinos de sus familiares", sin darles la razòn en su reclamo, aunque la Ley 24.411 establece que las indemnizaciones rigen para los familiares de "toda persona que hubiese fallecido como consecuencia del accionar de las Fuerzas Armadas, de seguridad, o de cualquier grupo paramilitar" con anterioridad a la restauración de la democracia, y por lo tanto las vìctimas de la subversiòn deben ser beneficiadas, pero ya sabemos lo que ha sucedido en Argentina luego del peronista golpe de Estado de 2001, y más aùn desde que la Suprema Corte de Justicia de la Naciòn quedò a cargo de un montonero gracias al peronista presidente de la Naciòn de ese momento que, literalmente descabezò al tribunal supremo.

  Ana María Lucioni aùn no ha recibido justa respuesta a su inquietud: "La Argentina tiene una deuda moral conmigo. Nadie me explicó por qué mataron a papá"; y aùn hoy nadie quiere darle oficial y legal explicaciòn al respecto.

CAPITÁN OSCAR ABEL LUCIONI, ¡SALUDO UNO!

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