Nuestra Señora de Malvinas

sábado, 27 de agosto de 2022

La historia del Gaucho Rivero, que encabezó la rebelión en las Islas Malvinas contra el usurpador inglés



26 de Agosto, la rebelión de Argentinos en MALVINAS, por la ocupación ilegal BRITANICA.-

LA HISTORIA DEL GAUCHO RIVERO, MALVINAS 1833

Antonio "El Gaucho" Rivero fue un peón de campo rioplatense que lideró un alzamiento contra la ocupación británica de las Islas Malvinas en 1833, mientras Manuel Moreno continuaba en Londres con los reclamos infructuosos.

Rivero, nacido en Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos, el 27 de noviembre de 1808, fue llevado a Malvinas alrededor de 1827 por el gobernador argentino de las Islas Luis Vernet para ejercer el oficio de peón. Contaba entonces alrededor de veinte años de edad.

La miseria del gaucho en esos momentos era muy grande. Dickson (Despensero de la Isla) no aceptaba como pago los vales que Vernet había entregado a los peones para pagarles su trabajo, sino que exigía monedas de plata y ellos no las tenían. Por otra parte Simón (capataz de los peones) les prohibió faenar ganado manso, por lo que tenían que salir a perseguir el ganado cimarrón para conseguir alimento. La situación social y económica de esos hombres era angustiante.

El 26 de agosto de 1833, seis meses después que los ingleses por la fuerza ocuparan por primera vez las Islas Malvinas, Rivero encabezó una rebelión de criollos e indígenas, desconociendo la autoridad impuesta de los británicos.

Sus compañeros en la rebelión fueron otros dos gauchos y cinco charrúas agauchados: Juan Brassido, José María Luna, Manuel González, Luciano Flores, Felipe Zalazar, Marcos Latorre y Manuel Godoy.

Su sublevación implicó la muerte del autoproclamado gobernador británico y la de algunos de los principales colaboradores de tal funcionario colonialista.

Las actas y documentos escritos que han llegado a nuestros días fueron efectuadas por los mismos británicos quienes consideran la rebelión de Rivero como el "amotinamiento de unos delincuentes" tratados peyorativamente y racistamente de "gauchos" e "indios salvajes". En esas documentaciones apenas se traslucen las causas de los hechos se omite que los gauchos y los charrúas eran argentinos que intentaban mantener la soberanía argentina, apenas se menciona que a los "gauchos" e "indios" que habían podido quedarse en Malvinas se los usaba como peones en duras tareas y se les pagaba sólo con "vales".

Rivero y sus compañeros arriaron la bandera británica y enarbolaron una improvisada bandera argentina. Mantuvieron dominio sobre las Malvinas durante seis meses, ignorados por el gobierno de Buenos Aires y sin poder hacer llegar noticias sobre lo sucedido.

En el mes de octubre llegó la Antartic, cuyo capitán, el comandante norteamericano Nash, se entrevistó con el Gaucho Rivero, quien le llevó varias vacas. Como vio que no llegaban refuerzo de la costa Argentina, el Gaucho Rivero y sus compañeros se propusieron preparar una balsa para ir a la Patagonia. No pudieron hacerlo porque el 7 de enero de 1834 llegó a Puerto Soledad el Callenger, al mando del capitán Seymour y la Hopeful, con el teniente Rea. Vinieron con ellos el teniente Smith, nombrado comandante de la isla. Smith volvió a izar la bandera británica y organizó una partida armada para apresar a los gauchos, que habían huido ante la llegada de los extranjeros.

Los gauchos estaban dispuestos a luchar hasta las últimas consecuencias para salvar sus vidas y huyeron hacia los cerros. Fue, por tanto, una tarea muy difícil capturarlos. La persecución duro alrededor de tres meses y terminó por agotar a los criollos. Uno de los peones, Luna, traicionó a sus compañeros y otro gaucho llamado Brasido desertó. Los ingleses reforzados por la llegada de la Beagle y la Adventure. De esta manera, pueden apresar a los compañeros de Rivero, quien queda entonces solo, desamparado y casi sin alimentos; al fin Rivero es capturado y engrillado. Los cinco hombres que habían sobrevivido fueron embarcados en la Beagle y llevados a Gran Bretaña, donde son encerrados en la prisión de Sherness. Las actas labradas fueron entregadas al Almirantazgo, pero el tribunal inglés, una vez analizados los hechos y al no hallar elementos de juicio suficientes para condenar a los prisioneros, los devuelven a la Argentina. Los cinco hombres fueron embarcados en la Talbot y dejados en Montevideo. En cuanto a la muerte de Antonio Rivero se ha afirmado -aunque sin demostrarlo- que murió el 20 de noviembre de 1845 luchando valientemente para la Confederación en el combate de la Vuelta de Obligado.26

jueves, 18 de agosto de 2022

San Martín, Padre de la Patria católico

 



         Una Nación debe siempre, en el presente, mirar con respeto y admiración a los héroes y santos que le dieron origen, para poder así, basados en sus mismos ideales y credos, construir el futuro. De otra manera, si en el presente reniega de su pasado, el futuro que le espera será sombrío y siniestro.

         En el caso de nuestra Patria Argentina, nuestro Padre de la Patria, el General San Martín, no solo tuvo cualidades humanas admirables, sino que también tuvo virtudes sobrenaturales, aprendidas y luego puestas en práctica por su condición de perteneciente a la Religión Católica.

         Es por eso que todo argentino de bien, debe reflexionar constantemente en la figura del Padre de la Patria, el General San Martín, para imitarlo y para así trabajar para la construcción de una Patria que, más que grande en lo material y próspera en lo económico, debe hacer resplandecer las virtudes sobrenaturales de quien es llamado, con toda justicia, Padre de la Patria Argentina. Hacer otra cosa, equivaldría a traicionar a la Patria, un crimen imperdonable.

         Dentro de estas virtudes sobrenaturales, se destaca su devoción por la Virgen, devoción demostrada en la oración privada y también en manifestaciones públicas de fe, como cuando ya era Comandante en Jefe del Ejército Argentino de los Andes. Como Jefe del Ejército, se preocupaba porque no faltasen sacerdotes capellanes para que asistieran espiritualmente a los soldados, con la Confesión Sacramental y con la Eucaristía; hacía además, rezar el Santo Rosario a sus soldados y, sobre todo para cuando debían entrar en batalla, les hacía imponer el Escapulario de Nuestra Señora del Carmen. Hay que aclarar que todas estas prácticas dispuestas por el General San Martín para el Ejército Argentino de los Andes, también las llevaba a cabo el General Manuel Belgrano, para el Ejército Argentino del Norte. Otra muestra de su devoción mariana fue el nombrar a la Virgen y Madre de Dios como Generala del Ejército de los Andes, a quien le atribuyó la mayor proeza realizada por un ejército en ese tiempo, el Cruce de los Andes y luego sus posteriores triunfos que condujeron a la independencia de países hermanos como Perú y Chile. El respeto por el Santo Matrimonio y la educación católica brindada a su hija Merceditas, también reflejan el espíritu católico de nuestro Padre de la Patria. Por último, también demuestra su catolicismo el hecho de que se negara a participar de una lucha fratricida, instigada por el sionismo británico, por lo cual decidió auto-exiliarse, puesto que prefería eso antes que luchar contra sus hermanos. Otra muestra de su catolicismo es que murió pobre, desasido de todo bien material, pues esperaba los bienes eternos del Reino de los cielos, además de estar asistido permanentemente por dos religiosas. Según el testimonio de estas religiosas, el Padre de la Patria, el General Don José de San Martín, murió abrazando el Santo Crucifijo, como una muestra de la misericordia que él esperaba recibir de Nuestro Señor Jesucristo, para que perdonase sus pecados y le concediera el ingreso al Reino de los cielos.

         Todos los argentinos de bien, debemos contemplar y reflexionar acerca de las virtudes humanas y sobrenaturales de nuestro Padre de la Patria e imitarlo en su práctica activa y sincera de la Religión Católica y no debemos permitir, de ninguna manera, ninguna bandera espúrea, como la falsa bandera de la ideología de género, que destruye la moral católica, como la falsa bandera originaria, que destruye la identidad nacional, como la falsa bandera pseudo-mapuche, que destruye la integridad del territorio nacional, todas originadas en el perverso y luciferino sionismo británico y solo debemos abrazar la Bandera celeste y blanca, el Manto de la Inmaculada de Luján, con la cual fue cubierto el General Don José de San Martín. Sólo así será nuestra Patria Argentina tal como la pensó el Padre de la Patria, que a su vez es como se la inspiró Nuestro Señor Jesucristo y la Virgen Inmaculada.    

miércoles, 10 de agosto de 2022

ERP, Ejército Revolucionario del Pueblo, infames traidores a la Patria



 



En la noche del 10 al 11 de agosto de 1974, en pleno gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, el ERP realizó dos ataques simultáneos a unidades militares del Ejército. Uno contra el Regimiento de Infantería 17 en Catamarca, que fue frustrado, y el otro contra la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos de Villa María, Córdoba, dónde fue secuestrado (y después asesinado tras un año de infame cautiverio) el entonces mayor Argentino del Valle Larrabure. 

El intento de ataque a Catamarca fracasó por completo debido a que pobladores de la zona denunciaron la presencia de un micro con gente sospechosa. Descubiertos, los guerrilleros se dieron a la fuga. En la persecución de los atacantes, 14 de ellos murieron. Según el Ejército, en un enfrentamiento, pero el ERP afirmaba que sus militantes habían sido ejecutados en Capilla del Rosario tras haber sido capturados. Lo cierto es que en represalia por la presunción de que catorce miembros del ERP, que habían tomado parte del intento de copamiento del cuartel de Catamarca, habían sido fusilados, la dirección político – militar de la organización tomó la insólita y grave determinación de asesinar indiscriminadamente a un número igual de oficiales del ejército, que finalizó con la muerte del coronel Jorge Oscar Grassi, el teniente primero Roberto Brzic, el capitán Miguel Ángel Paiva, el mayor bioquímico Jaime Gimeno, el teniente Juan Carlos Gambandé,  el teniente coronel médico José Francisco Gardón, el mayor Néstor Horacio López, el teniente primero Roberto Eduardo Carbajo y el capitán Humberto Antonio Viola. En este último episodio fue asesinada también su hija, María Cristina Viola, de 3 años y fue gravemente herida su otra hija, María Fernanda, de 5 años. La esposa del capitán, Maby Picón, embarazada de cinco meses, resultó ilesa. 

En cuanto al operativo sobre Villa María, el ERP tuvo un relativo éxito inicial. La operación estuvo a cargo de Juan Eliseo Ledesma, jede de la Compañía “Decididos de Córdoba”, quien comandó el ataque del que participaron unos 60 terroristas. 

El soldado conscripto clase 1953 Jorge Carlos Fernández se encontraba ese día de guardia en la Fábrica Militar, junto con su compañero Mario Eugenio Pettigiani, hijo de un conocido médico y miembro de una prestigiosa familia de la localidad de Oliva, Córdoba. Al producirse el intento de copamiento y generalizarse el tiroteo, Fernández tomó su FAL y se dispuso a repeler el ataque, pero cuando menos se lo esperaba, Pettigiani, que estaba a sus espaldas, le descerrajó un tiro a quemarropa en la cabeza con una pistola 9 mm, para después intentar rematarlo con dos tiros más. 

Con la ayuda de Pettigiani, los atacantes lograron entrar a la fábrica. Desde allí se dividieron tres grupos. Uno de ellos asaltó el Casino de Oficiales dónde se llevaba a cabo una reunión social. Allí lograron capturar y secuestrar al subdirector de la fábrica, mayor Argentino del Valle Larrabure.

Otro grupo se dirigió a la casa del director de la fábrica, teniente coronel Osvaldo Jorge Guardone quien, por encontrarse enfermo, no había podido asistir a la reunión, pero sí lo había hecho su esposa, que por un teléfono fijo había logrado avisarle a su marido. Los terroristas exigieron la rendición y la entrega del coronel, pero sólo recibieron un intenso fuego desde el interior de la casa. Guardone se movía de una ventana hacia otra, y con eso logró confundir a los atacantes sobre la cantidad de gente armada que había en el interior. Los atacantes desistieron del intento de copar el inmueble, donde se encontraban además los 5 hijos del matrimonio, el mayor de ellos de 13 años, pero ninguno de ellos participó del combate. Por esta acción, el teniente coronel Guardone fue condecorado con la medalla "La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate”.

Un tercer grupo intentó copar las salas de armas de las tres compañías de la unidad. Tuvieron éxito en dos de ellas, pero en la tercera fueron rechazados por el fuego de los defensores. El botín obtenido por los atacantes fue de 100 fusiles FAL, 10 ametralladoras Madsen, 4 ametralladoras MAG, 60 metralletas PAM-M3A1 y algunos cajones de munición. Las armas robadas en Villa María, nunca pudieron llegar al monte tucumano, porque al poco tiempo fueron encontradas ocultas en un rancho en la campiña de Córdoba. 

Tras su secuestro, el mayor Argentino del Valle Larrabure permaneció 372 días encerrado en una cárcel del pueblo, negándose a colaborar con la guerrilla en la fabricación de explosivos. El cadáver de Larrabure apareció un año después, el 23 de agosto de 1975 con 47 kilos menos y evidencias de haber sufrido torturas, golpes y estrangulamiento. 

El soldado Fernández, baleado por Pettigiani, tuvo suerte y sobrevivió, aunque con graves secuelas. Tenía apenas 20 años y su vida cambió para siempre, pues quedó hemipléjico. Todo lo que recibió del Estado Argentino fue una palmada en la espalda, un diploma de honor y un trabajo en Fabricaciones Militares, de dónde ya se jubiló con la mínima. 

En las acciones de Villa María fue también asesinado el policía Marcelino Cuello y resultaron heridos, además del soldado Fernández, el capitán Roberto Adolfo García, el suboficial mayor Ramón Albornoz, y los policías de la Provincia de Córdoba, Pedro Aguilera, Juan Carlos Gutiérrez, Juan Bruno y Miguel Liendo Moral. Durante el enfrentamiento fueron abatidos también, felizmente, los delincuentes subversivos del ERP, Justino Argañaraz, Ivar Brollo y José Luis Boscarol, por supuesto injustamente homenajeados en el Parque de la Memoria, así como el soldado entregador Mario Eugenio Pettigiani, presuntamente "desaparecido" unos años después, a pesar de que hay quienes aseguran que está vivito y coleando en Barcelona.

Pettigiani, (NG “Quico”), fue además partícipe del secuestro y posterior asesinato del teniente coronel Larrabure. Figura oficialmente como “desaparecido” y como tal es honrado con un monolito en el Parque de la Memoria y su familia, también en Europa, fue indemnizada y pensionada de por vida. Pero no termina ahí la afrenta, porque hace trece años, en Oliva, siguiendo nuestra nefasta costumbre de rendir homenaje a asesinos, se colocó una placa en su memoria en el colegio en el que este criminal había cursado sus estudios secundarios por ser un desaparecido en la dictadura. Según reza en la placa, Pettigiani fue "un generoso ejemplo". 

Alguien debería disponer que se retire del colegio secundario de Oliva esa placa que homenajea a ese siniestro personaje, terrorista, traidor y asesino. 

Jorge Tisi Baña

lunes, 8 de agosto de 2022

¡Abajo las falsas banderas del sionismo británico! Sólo el Manto celeste y blanco de la Inmaculada puede y debe flamear en nuestro territorio nacional


¡Abajo las falsas banderas del sionismo británico! Sólo el Manto celeste y blanco de la Inmaculada puede y debe flamear en nuestro territorio nacional.

 

martes, 2 de agosto de 2022

Jordán Bruno Genta, católico nacionalista asesinado por los criminales subversivos del ERP

 


Jordán Bruno Genta

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Carta de adjudicación  del homicidio del Profesor Jordán Bruno Genta.  Asesinado por el E.R.P. 22 de agosto cuando salía  de su casa  para participar  de la Santa  Misa en su Parroquia la Resurrección del Señor. Los asesinos formaban parte del E.R.P., grupo ateo anticristiano subversivo que el 27 de octubre de 1974 terminó  con la vida terrenal del Profesor.
Dios lo tiene en su Santa Gloria.
PRO CAUSA DE CANONIZACIÓN DEL PROFESOR JORDÁN BRUNO GENTA.