Nuestra Señora de Malvinas

martes, 31 de julio de 2012

Ataque vandálico a la Virgen de Luján en cementerio de Malvinas



Reproducimos la información tal como la publica el diario La Nación del día 31 de julio de 2012, en su edición digital (http://www.lanacion.com.ar/1494906-denuncian-vandalismo-en-el-cementerio-argentino-en-malvinas). Nos sumamos al repudio de tan lamentable hecho, al tiempo que iniciamos una novena en reparación y desagravio al ultraje sufrido por Nuestra Señora de Luján, Patrona de la Argentina. Invitamos a todos los argentinos a desagraviar a Nuestra Madre del cielo.


A poco más de cumplirse 30 años de la guerra de Malvinas, los familiares de los soldados argentinos caídos en combate denunciaron que en los últimos días se atacó violentamente el cementerio de Darwin en el archipiélago. Principalmente fue perjudicada la imagen de la Virgen de Luján que bendice el lugar.
Las autoridades de la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur señalaron a LA NACION que se produjo un "acto vandálico" en el Monumento a los combatientes.
La organización de familiares recibió un comunicado ayer de Sebastián Socodo, encargado del mantenimiento del camposanto argentino. No se sabe cuándo fue exactamente el ataque ni quienes.
"Hay fuertes impactos en un blindex de vidrio que protegía la urna donde está la imagen de la Virgen. Parecen balas pero aún no sabemos", contó a este diario Cesar González Trejo, apoderado de la comisión y ex combatiente de Malvinas. "No se dañó la imagen pero podrían haberlo hecho", expresó.
Según se supo, la policía isleña ya tomó cartas en el asunto pero no hubo avances en la investigación.
La comisión de familiares le envío notas al canciller argentino Héctor Timerman y al embajador británico en la Argentina, John Freeman, "para que en sus respectivos ámbitos de responsabilidad garanticen una investigación urgente y exhaustiva acerca del acto profanatorio cometido".
"Este acto se enmarca en una escalada de hostilidad por parte de algunos sectores británicos con proyección en ámbitos de influencia local, hacia el más importante homenaje que el pueblo argentino les rindiera a los 649 soldados caídos en el conflicto armado de 1982. esa actitud deviene, a nuestro entender, de un clima artificialmente provocado que atentó contra la sacralizad del lugar histórico", indicó la comisión a través de un comunicado..

domingo, 8 de julio de 2012

Jesús crucificado y el 9 de Julio



        
La conmemoración de la Independencia Patria no puede quedar en un mero recuerdo, sino que se debe mirar al pasado para que nos ilumine el presente, para así construir un futuro luminoso para nuestra Nación Argentina.
         Por lo tanto, es necesario tener presente la profunda religiosidad de los Congresales de Tucumán, religiosidad puesta de manifiesto, entre otras cosas, en el hermoso crucifijo que presidía la Sala de la Firma de la Independencia en la Casa Histórica, llamado desde entonces “Cristo de los Congresales”.
         La presencia del crucifijo no era ocasional; por el contrario, era intención manifiesta de los Congresales que Nuestro Señor Jesucristo, el Hombre-Dios, el Salvador del género humano, estuviera presente en el origen y nacimiento de nuestra Patria. Con orgullo podemos decir los argentinos que nuestra Patria nació a la sombra de la Cruz del Salvador, cobijada bajo el manto celeste y blanco de la Virgen Inmaculada, Nuestra Señora de Luján.
         Por lo tanto, al mirar el pasado, y al contemplar, maravillados, a la Cruz de Nuestro Señor presidiendo el augusto y solemne momento del nacimiento de nuestra Patria, no podemos dejar de considerar que Argentina, y todos los argentinos, llevamos el sello indeleble de la Cruz en nuestro Ser nacional. Y con nuestro Ser nacional, no solo nuestra religiosidad, sino toda nuestra cultura, que es la expresión más acabada del pensamiento, de la voluntad y del obrar de una nación, debe reflejar, de un modo u otro, a Cristo crucificado. En otras palabras, todo lo que los argentinos pensamos, hacemos y decimos, en cuanto argentinos y pertenecientes a una Nación que se llama “Argentina”, debe reflejar a Cristo, el Hombre-Dios.
         Obrar de otra manera, es decir, tratar de construir un país cuyas leyes sean contrarias a los Mandamientos divinos y al Mandamiento Nuevo de la caridad dejados por Jesucristo, sería falsear la historia y provocar confusión y desorientación a las futuras generaciones, además de una grave falta contra Dios, que quiso que su Hijo estuviera desde nuestro nacimiento como Nación, para que todas las generaciones de argentinos, sin excepción, hasta el fin de los tiempos, fueran salvados por la preciosísima Sangre del Redentor.
         Al conmemorar la gesta de la Independencia, agradecemos a Dios por medio de la Santa Misa el designio de su Amor infinito de habernos honrado con la Presencia de Jesús crucificado en el Salón de la Casa Histórica, al tiempo que le rogamos, que caiga sobre nosotros, sobre el pueblo argentino, la preciosísima Sangre que mana de sus Santas Llagas.

sábado, 7 de julio de 2012

Reconquista y Defensa de Buenos Aires 5/7 de Julio de 1807


      El general inglés Whitelocke, con 9000 hombres  desembarcó en la ensenada de Barragán el 28 de junio de 1807 con la intención imperial, de apoderarse de la ciudad de Buenos Aires.
      Liniers, había reunido alrededor de 8000 hombres y pensaba detener al invasor más allá del Riachuelo, en los Corrales de Miserere. Contaba con las flamantes unidades criollas, las españolas y, algunas piezas de artillería. También estaba la caballería gaucha y entre ellos los jinetes del pago de Luján a las ordenes del alcalde López y portando en el pecho o en el sombrero  la cinta celeste y blanca de 38 cm. (altura de la imagen) de la Virgen de Lujan, para distinguirse, reconocerse  y como protección divina.
     El día 2 la vanguardia del invasor  tomó contacto  con los defensores en Miserere y, después de una serie  de pequeños contrastes,  las fuerzas patriotas se dispersaron.
      Mientras tanto  en la ciudad el alcalde don Martín de Álzaga  preparó la defensa con la entusiasta colaboración de todos los vecinos. El día 3 llegó Liniers con la mayor parte de los dispersos y retomó el mando.
      El 5 de julio a las seis y media de la mañana y después de una salva de 21 cañonazos los invasores iniciaron el ataque en tres columnas por las calles que llevaban a la Plaza Mayor. Al principio tuvieron algunos éxitos y tomaron la plaza de toros (Retiro), el parque de artillería y el convento de las Catalinas. Pero la columna sur, a poco de entrar  en el poblado fue prácticamente destruida y debió rendirse.  El fuego de la fusilería, la artillería  y los proyectiles de todo tipo que hasta las mujeres les arrojaban desde las terrazas, fue debilitando al invasor  refugiándose una parte importante en el convento de Santo Domingo. Allí habiendo perdido la mitad de sus fuerzas y en un conocido  acto de prepotencia intimaron rendición a la plaza. Pero fue Liniers quien después de algunas alternativas logró la rendición y el  7 de julio se firmó el convenio de paz  por el  cual, el invasor  perdió sus banderas, debió reembarcarse y entregar la plaza de Montevideo. 
      Las incipientes fuerzas regulares patriotas se volvieron a destacar por su valentía y corrección a tal punto que el coronel  Cadogan después de rendirse  preguntó: “¿Que tropa es ésa de escudo en el brazo tan valiente y tan generosa?” aludiendo a los escudos de paño grana que portaban los Patricios. De ésa estirpe de valientes fueron los ejércitos de la Patria que libertaron a medio continente, pelearon en la organización nacional,  consolidaron su extensión territorial y defendieron la República.  Esos criollos, españoles y nativos estuvieron dispuestos a entregar sus vidas en la justa defensa de sus tierras, de sus derechos, de su fe. Más allá de las diferencias étnicas o sociales los unía ese palpitar interno, ese impulso desconocido que comenzaba a llamarse Patria. La Defensa, consolida los sentimientos de pertenencia y de soberanía que ya se habían manifestado en la primera invasión. Así nacía una nueva y gloriosa Nación  impulsada por sus armas y custodiada por sus ciudadanos.                                  Fausto González