Nuestra Señora de Malvinas
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martes, 14 de junio de 2011

¡Nunca nos rendimos y jamás nos rendiremos: las Malvinas son Argentinas!

Soldados argentinos saludan
a la Bandera Nacional
el 2 de Abril de 1982
en nuestras Islas Malvinas.

El 14 de Junio de 1982, el invasor inglés tomó Puerto Argentino, luego de duros combates con las fuerzas argentinas desplegadas en las Islas.

En un papel firmado por el Comandante de las fuerzas Británicas, General Jeremy Moore, y el General Mario Benjamín Menéndez, Gobernador de las Islas Malvinas, quedó decretado y firmado el alto del fuego.

Pero la sangre de los soldados argentinos que dieron sus vidas por la Patria, sangre que regó el suelo malvinense, sumada a la inapreciable valentía y heroísmo de quienes combatieron, y de quienes estaban dispuestos a hacerlo, dice otra cosa: “¡Nunca nos rendimos y jamás nos rendiremos! ¡Las Islas Malvinas son Argentinas!”.

Sepultados sus cuerpos en el fondo del mar y en la turba de Malvinas, los tripulantes del Belgrano y los heroicos soldados argentinos que murieron por defender a su Patria del agresor, gritan a los hombres, a las naciones y a la historia: “¡Nunca nos rendimos y jamás nos rendiremos! ¡Las Islas Malvinas son Argentinas!”.

Los héroes argentinos descansan con sus cuerpos, en el fondo del mar, o en el suelo de las Islas, pero sus almas están en lo alto, en el cielo, haciendo guardia junto a las estrellas, y desde allí nos repiten, una y otra vez: “¡Nunca nos rendimos y jamás nos rendiremos! ¡Las Islas Malvinas son Argentinas!”.

martes, 3 de mayo de 2011

¡Gloria eterna a los héroes del ARA Belgrano!

Los 323 héroes argentinos
se hundieron con el ARA Belgrano,
en el fondo del mar,
y allí con sus cuerpos descansan .
Pero con sus almas
subieron hasta las estrellas,
desde donde velan,
junto al Ángel Custodio de Argentina,
por la recuperación de nuestras Islas Malvinas.

La dolorosa foto del ARA Belgrano, hundiéndose, evoca el cobarde y artero torpedeo al que fue sometido, torpedeo por el cual fue finalmente hundido, llevándose la vida de 323 héroes argentinos.

La foto evoca dolor, porque murieron soldados argentinos, y porque la Patria recibía una herida más de quien es su agresor desde el año 1833.

Sin embargo, la foto del ARA Belgrano, dando su último adiós, evoca también una paradoja: quienes se hundieron en el fondo del mar con el buque de guerra, paradójicamente, subieron hasta las estrellas, en donde se encuentran los ángeles guerreros, que en nombre de Dios velan por las almas de los hombres nobles.

También paradójicamente, quienes desde las sombras ordenaron el vil ataque, y quienes lo ejecutaron, amparándose en la oscuridad de las aguas profundas, al hundir el Belgrano y asesinar cobardemente a los marinos, y al herir, una vez más, a la Patria, fueron ellos quienes se hundieron en la ignominia, en la bajeza, en la vileza y en el deshonor. Porque aunque hayan triunfado militarmente, fue un triunfo basado en el error, en la rapiña, en la codicia por lo ajeno, en la soberbia por no pedir perdón y devolver, con sana vergüenza, lo que se reconoce como robado. Jamás puede ser un triunfo noble, el basado en el despojo, en la mentira, en el robo a mano armada, como lo fueron nuestras Islas Malvinas.

Los héroes del ARA Belgrano descansan en el mar, con sus cuerpos, pero con sus almas vigilan desde las estrellas, y junto a los Arcángeles Arcabuceros, y al Ángel Custodio de Argentina, guardián de la Patria, oran al Dios Omnipotente para que perdone a los agresores de la Patria, y devuelvan las Islas a la Nación Argentina.

¡Gloria eterna a los héroes del ARA Belgrano!

viernes, 1 de abril de 2011

Los héroes de Malvinas claman al cielo, desde sus tumbas, que las Islas Malvinas fueron, son y serán argentinas



La sangre de los héroes de Malvinas,
los militares y los civiles que dieron sus vidas por la Patria,
clama, desde la turba malvinense,
ante Dios y ante los hombres,
que las Islas Malvinas
fueron, son y serán argentinas
¡Viva la Patria!


Se cumple un nuevo aniversario de la noble gesta de Malvinas, y con dolor constatamos que todavía nuestra Patria sangra por esa gran herida que son las Islas Malvinas.
A pesar de la gesta realizada por los modernos héroes de Argentina, los militares y los civiles que dieron sus vidas por la Patria, por la recuperación de las Islas, constatamos con pesar y dolor, que nuestras Islas siguen en poder del Gran Invasor.
Aún más, pareciera que la usurpación de nuestras Islas no sólo no ha menguado ni, mucho menos, desaparecido, sino que avanza a pasos incontenibles: quienes ocuparon ilegítimamente nuestro suelo patrio, continúan, ilegítimamente, profanándolo, horadando su suelo, pisoteando sus turbas, arrebatando inicuamente sus riquezas.
El Injusto Ocupante roba las riquezas de las Islas, pero no nos importan las riquezas; no nos importan ni el petróleo, ni las ovejas, ni nada que pueda dar rédito económico. Nos importa el honor de nuestra Patria, mancillado día a día por quienes hicieron del latrocinio de los pueblos la herramienta básica para construir un imperio de sangre.
Repetimos nuevamente: no nos importan las riquezas materiales que puedan encontrarse en Malvinas. Aún si fueran rocas peladas, sin ningún valor comercial ni material, lo mismo clamaríamos al cielo, como lo hacemos hoy, porque regresen al seno de la Patria.
No puede la Patria tener paz, unidad, prosperidad, si su suelo está mancillado por una bandera extranjera agresora; no puede la Patria tener paz, si su herida más grande, las Islas Malvinas, sangran de modo abundante, provocándole gran dolor.
No nos interesan las reservas de petróleo, de turba, ni la lana de las ovejas. Eso es igual a nada. Nos interesa ver restaurado el honor patrio, y la única manera de verlo restaurado, es la recuperación y la re-integración de las Islas Malvinas al territorio nacional y al destino de grandeza que nuestra Patria posee, previo pedido de perdón por la potencia neo-colonial ocupante.
Mientras las Islas permanezcan cautivas, la Patria se asomará, día a día, a las orillas del mar patagónico, y deslizando lágrimas de tristeza y amor por el retorno de sus hijas amadas, implorará la ayuda del Dios de los corazones, pidiéndole que envíe a sus santos ángeles, para que les sean restituidas para siempre las Islas que le fueron vil y arteramente arrancadas de su seno.
Hasta que las Islas regresen al seno de la Patria, de donde nunca debieron salir, los gloriosos héroes de la Patria, sus hijos más dilectos, los héroes de Malvinas, los militares y los civiles que derramaron su sangre y entregaron sus vidas por el honor nacional, clamarán al cielo, ante Dios y ante los hombres, desde sus tumbas, excavadas en la turba, que las Malvinas fueron, son y serán argentinas.
No podrán acallar este clamor, que desde el suelo de Malvinas, desde las tumbas de los héroes argentinos que allí descansan en la espera del Juicio Final, se eleva hasta los cielos, ni la prepotencia militar, ni su arrogante cinismo, que niega la devolución de las Islas, ni la explotación económica descarada que de sus riquezas hace el ilegítimo ocupante.
Son ellos, los héroes de Malvinas, los que regaron el suelo de las Islas con su sangre, los que mitigan el dolor y el pesar de ver, día a día, a nuestra Patria mancillada.
Gracias eternas a los héroes de la Patria, y que desde el cielo, en donde brillan para siempre como estrellas, ellos, junto a San Miguel Arcángel, el Ángel Custodio de Argentina, y los Santos Ángeles Custodios de todos los argentinos patriotas, nos asistan en esta desigual lucha, para que no muramos sin ver flamear, en las Islas Malvinas, la Bandera de la Patria, el Manto celeste y blanco de la Dueña de la Patria, la Virgen de Luján.
¡Viva la Patria!