Nuestra Señora de Malvinas
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jueves, 27 de octubre de 2022

Los "mapuches", falsos indígenas y verdaderos terroristas, creados por el sionismo británico y el expansionismo chileno


La palabra "MAPUCHE" fue creada para un fin específico. Esta voz del ANTIGUO ARAUCO no corresponde a ningún tipo étnico ni parcialidad, ni familia o cultura, sean estas designaciones empleadas tanto en especial como en general. Tengamos presente que jamás figuró un solo cacique, un CONA O CAPITANEJO, UNA PRINCESA, UN GRAN CAZADOR O GUERRERO, ni un individuo determinado que fuera conocido como "MAPUCHE", pues a todos esos andinos, sean ARAUCANOS, PAMPAS, RANQUELES, BOROGANOS, HUILICHES, PEHUENCHES O TEHUELCHES, se los identificó por sus etnias reales y nunca jamás como "MAPUCHES". Ningún jefe indígena figuró o combatió como representando a esa arbitraria e interesada designación de "MAPUCHE" que fue totalmente desconocida hasta principio del siglo XX, años 1902-1903 aproximadamente (tener en cuenta el conflicto argentino-chileno, CURAMALAL - con su antecedente de 1897 – 1898).

Este término fue creado por estudiosos chilenos y agentes ingleses interesados, quienes propiciando la palabra "MAPUCHE" para aplicarla a los indígenas, tanto de Chile como de Argentina, hacían desaparecer viejas etnias como los ARAUCANOS, PAMPAS, HUILICHES, PEHUENCHES O TEHUELCHES, aglutinando bajo el nombre de "MAPUCHE" a todas las parcialidades que eran argentinas, borrándolas de los valles cordilleranos y de la Patagonia, para lograr la posesión de un vasto y fecundo territorio argentino, que siglos antes había sido invadido por araucanos chilenos. La “creación mapuche" igualaba a todos y era, y es, una expresión que muchos desprevenidos no llegan a entenderla. Fue un “invento geoestratégico” y hoy es un problema potenciado por intereses foráneos.

La bandera "MAPUCHE" es auspiciada por el exterior (especialmente desde Europa) y particularmente desde grupos sectarios religiosos, interesados en la campaña pro-mapuche que en los últimos tiempos se agita permanentemente y ocupa un importante espacio en los diferentes medios de difusión y culturales de ambos países afectados. Es necesario destacar que algunos sectores militares chilenos, y más allá de sus pretensiones históricas, observan con preocupación la cuestión "MAPUCHE", ya que perciben una maniobra interesada "segregacionista" que afectaría a Chile en un ecosistema, que sin considerar la frontera política, es compartido como región geográfica con la Argentina. Vale destacar que los territorios reclamados constituyen ecosistemas sobre el sector cordillerano en algunos casos, y sobre tierras con recursos naturales de alto valor estratégico.

Detrás de dichos reclamos se esconden intereses extra nacionales que potencian su actitud a partir de un mundo en el cual la degradación ambiental, la explosión demográfica y la escasez de recursos naturales constituyen los principales "nuevos tipos de conflictos" que caracterizan el contexto estratégico global. No es aventurado percibir intereses internacionales en la consecución de los objetivos políticos que dinamizan las comunidades aborígenes. Como ya hemos mencionado, es en las regiones de baja densidad demográfica, pero atractivas por sus riquezas económicas y recursos naturales donde muchos grupos pretenden instalarse. Finalmente, las características del conflicto moderno y su dinámica multifuncional permiten concluir que los recursos naturales de los países que los poseen, más aquellos ecosistemas que por su alto valor ecológico constituyen reservas estratégicas, serán las causas que potenciarán el enfrentamiento de intereses extranjeros con intereses nacionales.

Asimismo se incentivarán las contradicciones internas de las naciones, en particular aquellas de carácter cultural. En este sentido, el "indigenismo" es un vehículo que, a partir de soportes ideológicos, políticos, financieros y mediáticos proporcionados por países desarrollados, ONG (s) y corporaciones transnacionales, atenta contra la identidad nacional primero, y contra la integridad territorial después. Este paradigma de la Nación Argentina es denostado por una campaña intencional que pretende disolver los verdaderos valores de la argentinidad. Lamentablemente la ignorancia histórica hace que muchos honestos ciudadanos se presten a colaborar con esta aviesa campaña. El GENERAL ROCA no encabezó una campaña privada en 1879. Fue como Comandante en Jefe del Ejército Nacional a cumplir la misión que Avellaneda, presidente de la Nación Argentina, elegido por el pueblo, le había asignado. Y esa campaña estuvo destinada a integrar, a incorporar de hecho a la geografía argentina, prácticamente la mitad de los territorios históricamente nuestros, y que estaban bajo el poder tiránico del MALÓN ARAUCANO, cuyos frutos más notables eran el robo de ganado, de mujeres y la provocación de incendios. Los ARAUCANOS, tal como su nombre lo indica, eran 'ORIGINARIOS' DE CHILE, más precisamente de la región de Arauco.

Los ARAUCANOS, que hoy se hacen denominar "MAPUCHES", llegaron a la Argentina allá por 1830, catorce años después de nuestra Declaración de la Independencia, es decir, cuando la Nación Argentina era ya independiente y soberana. Por lo tanto, fueron invasores. El primer grupo de invasores los constituyeron aproximadamente unos 100 indígenas capitaneados por YANQUETRUZ. Se afincaron en Neuquén y desde allí se fueron extendiendo hacia el sur y el norte. El verdadero genocidio lo cometieron los ARAUCANOS cuando aniquilaron a los GUENENAKEN, también llamados genéricamente TEHUELCHES, que eran los auténticos 'aborígenes originarios' de la Patagonia norte. Actualmente como argentinos tienen todos los derechos al igual que los demás argentinos, pero no a intentar falsear la historia y pretender que les devuelvan tierras que nunca les pertenecieron, de las que NO SON "PUEBLO ORIGINARIO", sino que fueron sus INVASORES. Ya para el año 1879, las tropas de CALFUCURÁ eran poderosas, y lo prueba el hecho de que ganaron las primeras batallas contra el Ejército Nacional que emprendió la Reconquista de esas tierras usurpadas. Ambos bandos contaban con FUSILES RÉMINGTON Y CARABINAS “ROLLING BLOCK”, MOD. 1866, 11MM. Los ARAUCANOS los traían de su país, de CHILE, a donde se los vendían los INGLESES a cambio del ganado argentino robado en los malones. Prueba de ello, es que la columna del Ejército Nacional comandada por el GRAL. VILLEGAS tenía como objetivo clausurar y controlar los pasos andinos por donde les llegaban a los ARAUCANOS los Rémington y el abastecimiento de municiones.

Los indígenas ARAUCANOS eran tradicionalmente muy guerreros. Recordemos que en los primeros tiempos de la conquista española asolaron varias importantes ciudades en Chile que los chilenos tardaron siglos en reconquistar. Los ARAUCANOS, en el año 1250 subieron hacia el norte y destruyeron el IMPERIO DE TIAHUANACO. Este Imperio era mayor y mucho más civilizado que el posterior IMPERIO DE LOS INCAS que comenzó luego en el año 1280. El uso actual del término "MAPUCHE" y las falsas reivindicaciones de estos son maniobras disolventes y disgregantes que practican políticos con minúscula en las últimas décadas con finalidades anti-nacionales, y para beneficio propio. Los denominados "MAPUCHE" son sólo ORIGINARIOS de la inventiva del FOREIGN OFFICE BRITÁNICO. Ni ROSAS o ROCA los mencionan en la CAMPAÑA AL DESIERTO, tampoco los historiadores, ni la famosa expedición a los INDIOS RANQUELES. Tampoco los menciona la Historia Oficial en las Provincias, ni en los Museos de Historia del Neuquén, de Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Mendoza, ni tampoco San Juan… ¿Desde cuándo han aparecido estos mapuches en escena? Su propia bandera es similar a la nueva Sud Africana, luego del apartheid. Utilizaron a Mandela, y ahora desean utilizar a un pueblo que no es originario de nada, sólo TEHUELCHES y ARAUCANOS lo son.

Desde comienzos del siglo XVI está presente la sangre hispana en todo el suelo argentino y los pueblos originarios de la Patagonia anteriores a esa fecha fueron las etnias TEHUELCHES, conformadas por distintos pueblos o 'tribus' como los RANQUELES, LOS PUELCHES, GUENENAKEN, PAMPAS, PEHUENCHES, AÓNIKENK, etc... Este tema "MAPUCHE" y su propaganda instalada que han hecho del indigenismo una cuestión de estado, es preciso comenzar a desbaratarla de raíz. Es más que evidente LA GRAN MENTIRA, ya que al hacerse llamar "MAPUCHES" pretenden ocultar o hacer pasar desapercibido su verdadero e invasor 'ORIGEN' ARAUCANO, es decir, 'NATURAL DE ARAUCO, CHILE'. Y simultáneamente, intentan ocultar el GENOCIDIO TEHUELCHE a manos de los ARAUCANOS, como si estos últimos genocidas fueran otros, cuando se trata de ellos mismos. Y, lamentablemente, no sólo los políticos venales y periodistas pagados por el sistema, sirven de difusores de una mentira infame, sino que han caído en ella y no siempre por ingenuidad. Obispos y sacerdotes que fieles a sus posturas tercermundistas, impulsan como verdad de Perogrullo, dando así por sentadas todas y cada una de esas falacias. Se llegó al extremo inconcebible de engañar al SANTO PADRE JUAN PABLO II Y AL PAPA BENEDICTO XVI cuando les hicieron decir que el gran santo Ceferino era "MAPUCHE" y no TEHUELCHE. Es difícil creer en la inocencia por desconocimiento de los obispos patagónicos en esta maniobra vil, porque es de suponer que si han llegado a cargos en esas instancias de la jerarquía eclesiástica, deben poseer una cultura general histórica de su patria compatible con su rango. En nuestro país, la comunidad Araucana que se hace llamar Mapuche aún no ha desarrollado acciones radicalizadas y violentas para hacerse de la posesión de tierras, pero en Chile -donde la población de etnia araucana es muy numerosa- ya han comenzado, a través de la vinculación con las F.A.R.C.

domingo, 8 de noviembre de 2020

LOS MAPUCHES NO SON UN PUEBLO ORIGINARIO, SON UN INVENTO BRITÁNICO PARA APODERARSE DE LA PATAGONIA

  

La palabra "mapuche" fue creada para un fin específico. Esta voz del antiguo Arauco no corresponde a ningún tipo étnico ni parcialidad, ni familia o cultura. Jamás figuró un solo cacique, capitanejo, una princesa, un gran cazador o guerrero, ni un individuo determinado que fuera conocido como "mapuche", pues a los araucanos, boroganos o huiliches, provenientes de Chile, se los identificó por sus etnias reales y nunca jamás como "mapuches". 

Ningún jefe indígena figuró o combatió como representando a esa arbitraria e interesada designación de "mapuche" que fue totalmente desconocida hasta los años 1902-1903 aproximadamente. Este término fue creado por estudiosos chilenos y agentes ingleses interesados, quienes propiciando la palabra mapuche para aplicarla a los indígenas, tanto de Chile como de Argentina, hacían desaparecer viejas etnias como los pampas, pehuenches o tehuelches, aglutinando bajo el nombre de "mapuches" a todas las parcialidades que eran argentinas, borrándolas de los valles cordilleranos y de la Patagonia, para lograr la posesión de un vasto y fecundo territorio argentino, que en 1818 había sido invadido por araucanos chilenos. La “creación mapuche" igualaba a todos y era y es, una expresión que muchos desprevenidos no llegan a entenderla. Fue un “invento geoestratégico” y hoy es un problema potenciado por intereses foráneos. 

La "cuestión Mapuche" tiene un particular relieve en el planteo geopolítico y geoestratégico de la Patagonia. La supuesta "nación mapuche" abarca una zona que incluye bajo una misma región, una porción de territorio chileno y argentino (en este último caso en la provincia de Neuquén). 

La bandera mapuche es auspiciada por el exterior (especialmente desde Europa) y particularmente desde grupos sectarios religiosos, interesados en la campaña pro-mapuche que en los últimos tiempos se agita permanentemente en los diferentes medios de difusión y culturales de ambos países afectados. Es necesario destacar que algunos sectores chilenos y más allá de sus pretensiones históricas, observan con preocupación la cuestión mapuche, ya que perciben una maniobra interesada "segregacionista" que afectaría a Chile en un ecosistema, que sin considerar la frontera política, es compartido como región geográfica con la Argentina, ya que los territorios reclamados constituyen ecosistemas sobre el sector cordillerano y sobre tierras con recursos naturales de alto valor estratégico. Estas son regiones de baja densidad demográfica, pero atractivas por sus riquezas económicas y recursos naturales donde muchos grupos pretenden instalarse.  

Detrás de dichos reclamos se esconden intereses internacionales que potencian su actitud a partir de un mundo en el cual la degradación ambiental, la explosión demográfica y la escasez de recursos naturales constituyen los principales "nuevos tipos de conflictos". 

Finalmente, las características del conflicto moderno y su dinámica multifuncional permiten concluir que los recursos naturales de los países que los poseen, más aquellos ecosistemas que por su alto valor ecológico constituyen reservas estratégicas, serán las causas que potenciarán el enfrentamiento de intereses extranjeros con intereses nacionales. Asimismo se incentivarán las contradicciones internas de las naciones, en particular aquellas de carácter cultural. En este sentido, el "indigenismo" es un vehículo que, a partir de soportes ideológicos, políticos, financieros y mediáticos proporcionados por países desarrollados, ONG (s) y corporaciones transnacionales, atenta contra la identidad nacional primero y contra la integridad territorial después. 

Utilicemos en toda su plenitud este medio fantástico que la tecnología nos brinda, para revertir la opinión malintencionada de defender a "Pueblos Originarios" que no existieron, como está de moda hoy y a su banderita de colores.

En la foto de la Biblioteca Nacional de Chile, se puede apreciar una foto de 1890, donde dice araucanos y no "mapuches".

Pueden entrar en esta página y se asombrarán de las cosas que van a leer sobre los “mapuches”. 

http://www.mapuche-nation.org/espanol/nosotros.htm 

Fotografía: siglos XIX y XX de memoriachilena – Biblioteca Nacional de Chile. 

Memoria Chilena - Longko y sus dos mujeres, hacia 1890.

martes, 8 de agosto de 2017

La Patria en grave peligro


La Verdad Tehuelche y la Gran Mentira Mapuche

Ante hechos gravísimos de público conocimiento que atentan contra la integridad de la Patria[1], no podemos permanecer callados, contemplando cómo los agresores y enemigos internos y externos de la Patria, disfrazados como grupos terroristas –RAM, Resistencia Ancestral Mapuche y CAM, Coordinadora Arauco Malleco-, pretenden inicuamente apoderarse del suelo nacional.
Nos encontramos en un momento sumamente delicado y peligroso de nuestra historia nacional, en el que los enemigos de la Patria, tanto internos como externos, intentan, por medio de la violencia armada, destruir a nuestra Patria en su identidad espiritual y moral, en su unidad nacional y en su integridad territorial.


Nos referimos, en este caso concreto, al grupo terrorista de pretendido origen mapuche –etnia indígena de origen chileno[2] que eliminó de modo sangriento a los verdaderos habitantes del sur de la Nación, los tehuelches[3]- auto-denominado RAM-CAM, cuyos mentores ideológicos se encuentran en Inglaterra, desgraciado país que construyó su imperio por medio del robo y el latrocinio a lo largo y ancho del mundo, incluidas nuestras Islas Malvinas.
Frente a los falsos reclamos territoriales de esta etnia indígena de origen chileno, debemos sacar a relucir la verdad histórica, único baluarte para los hombres de bien y principal defensa contra los agresores a la Patria.
La verdad histórica es que los Araucanos, como su nombre lo indica, son originarios de Arauco, región perteneciente a Chile; se hacen llamar “Mapuches” y llegaron a nuestro país catorce años después de la Declaración de la Independencia. En otras palabras, son chilenos de origen y llegaron a nuestra Patria cuando la Nación Argentina ya se había pronunciado como Nación independiente y soberano. Desde el inicio, los araucanos-mapuches, son ocupantes ilegítimos –invasores- de un territorio que no les pertenece. El primer grupo de invasores los constituyeron aproximadamente unos 100 indígenas capitaneados por Yanquetruz. Se afincaron en Neuquén y desde allí se fueron extendiendo hacia el sur y el norte.
A su condición de ilegítimos ocupantes de nuestro terreno patrio, le añadieron la condición de genocidas, pues está probado por la historia que los Araucanos aniquilaron a los Güenenaken, también llamados genéricamente “Tehuelches”, que eran los auténticos “aborígenes originarios” de la Patagonia norte argentina. Como es obvio, y tal como lo enseña la Historia, los Araucanos-Mapuches no son un “pueblo originario”, sino invasores e ilegítimos ocupantes de una tierra que no es la suya, además de ser genocidas. Aún más, se arrogan derechos inexistentes, como el de ser los “dueños ancestrales” (sic) de un extenso territorio ubicado en las Patagonias argentina y chilena. En su sitio en la red, dicen literalmente así, con manifiesta falsedad ideológica: “La Nación Mapuche está ubicada en el sur de los territorios que hoy ocupan los Estados de Chile y Argentina –afirma la MIL–. Hace un poco más de 130 años su territorio ancestral, y el de otros pueblos originarios aliados, se extendía desde el sur del río Bío-Bío (Chile) hasta el extremo austral del continente, y en Argentina desde los ríos Colorado y Salado hasta el estrecho de Magallanes (abarcando también) las islas Malvinas y la Antártida”[4].
El pretendido territorio araucano-mapuche, falsamente reclamado por esta etnia invasora y genocida, fue definitivamente incorporado al Territorio Nacional Argentino a través del Ejército Nacional, por medio de la Campaña del Desierto, al mando del General Roca, en su condición de Comandante en Jefe del Ejército Nacional y por encargo explícito del Sr. Presidente de la Nación Argentina en ese entonces, el Dr. Avellaneda, en 1879. Esta campaña estaba destinada a afianzar la integración, de hecho, a la geografía argentina, prácticamente la mitad de los territorios históricamente nuestros, y que estaban bajo el poder tiránico del malón Araucano, cuyos frutos más notables eran el robo de ganado, de mujeres y la provocación de incendios –tal como lo continúan haciendo en nuestros días los grupos terroristas araucano-mapuches RAM y CAM-.
En definitiva, la Campaña del Desierto, organizada por un país soberano y una Nación independiente, como la Argentina, terminó con la usurpación, el saqueo y la violencia del malón Araucano, por medio del Ejército Argentino. Lo que hizo nuestro país fue defender nuestra soberanía nacional sobre la Patagonia Argentina que los caciques chilenos ilegítimamente usurpaban. La expedición de Roca no fue una “campaña contra el indio”, sino el legítimo uso de la fuerza, por parte de un país soberano, utilizada para afianzar un territorio que era y es propio.
Los Araucanos-mapuches, además de ser invasores y genocidas, eran provistos de armas por el mismo país que nos robó las Islas Malvinas, Inglaterra, quien les proveía de fusiles Remington y carabinas Rolling Block, modelo 1866, de 11mm. El mecanismo era el siguiente: los araucanos los traían de su país, de Chile, a donde se los vendían los ingleses a cambio del ganado argentino robado en los malones. Prueba de ello, es que la columna del Ejército Nacional comandada por el General Villegas tenía como objetivo clausurar y controlar los pasos andinos por donde les llegaban a los araucanos los Rémington y el abastecimiento de municiones. Siendo los araucanos tradicionalmente muy guerreros –en el 1250 subieron hasta el norte y destruyeron el Imperio de Tiahuanaco-, al mando de Cafulcurá, ganaron las primeras batallas contra el Ejército Nacional, aunque finalmente nuestro glorioso Ejército Argentino triunfó sobre los invasores, emprendiendo la Reconquista y recuperando para la Patria esas tierras usurpadas.
Como se puede ver, sólo hay falsedad ideológica detrás de los supuestos “reclamos ancestrales”, provenientes de invasores, usurpadores y genocidas, a lo cual se le suma el hecho de haber sido pergeñado, este gravísimo atentado contra la Patria, en las oficinas del Foreign Office. En otras palabras, el uso del término “Mapuche” y las falsas reivindicaciones territoriales no son otra cosa que maniobras elaboradas en Inglaterra, con el objetivo manifiesto de desintegrar nuestro territorio nacional. Los denominados “Mapuches”[5] son sólo “originarios” –en el sentido de que allí se originaron- de Inglaterra y sus reclamos son nulos y carentes de toda legitimidad y rigor histórico.
Con respecto a la historia, no hay mención de estos invasores, como integrantes de la Nación Argentina, en la Historia Oficial de las Provincias, ni en los Museos de Historia de Neuquén, de Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Mendoza, ni tampoco San Juan. No los mencionan ni Rosas ni Roca en la Campaña al Desierto, como así tampoco los historiadores, ni la famosa expedición a los Indios Ranqueles.
A partir de nuestra Independencia Nacional, los que nacemos en suelo argentino somos ARGENTINOS, es decir, pertenecemos a una Nación, la Nación Argentina, por lo que no caben falsas reivindicaciones indigenistas ni de pueblos originarios inexistentes. Desde comienzos del siglo XVI está presente la sangre hispana en todo el suelo argentino y los pueblos originarios de la Patagonia anteriores a esa fecha fueron las etnias TEHUELCHES, conformadas por distintos pueblos o “tribus” como los Ranqueles, los Puelches, Güenenaken, Pampas, Pehuenches, Aónikenk, etc.
El invento “mapuche” se origina en el siglo XIX, en las logias masónicas inglesas, que nunca dejaron de apetecer, como piratas que son, nuestro territorio nacional. Quien nace en suelo argentino, es ARGENTINO, y no tiene ningún derecho a reivindicar supuestos e inexistentes “reclamos ancestrales”, so pena de colaborar con la maniobra inglesa que inventó a los mapuches y su falso reclamo para desmembrar a la Patria Argentina, haciéndose además acreedor del despreciable título de “traidor a la Patria”.  
Los mapuches ocultan su verdadero origen araucano –natural de Arauco, Chile-, y ocultan además su condición de usurpadores y genocidas de los únicos y verdaderos originarios argentinos, los TEHUELCHES, a cuya etnia pertenecía uno de nuestros santos argentinos, Ceferino Namuncurá.
La Patria está en peligro, y en las personas de los próceres como San Martín, el General Belgrano, Rosas, y muchos otros más, llama a sus hijos a defenderla. Jamás permitiremos que nuestra Bandera Nacional sea cambiada por un trapo multicolor, que lo único que pretende es destruir nuestra espiritualidad católica, nuestra identidad nacional argentina y nuestro territorio patrio.



Argentina nació bajo la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo -los Congresales del 9 de Julio de 1816 firmaron el Acta de la Independencia al pie del Cristo de los Congresales- y su Bandera Nacional es el Manto celeste y blanco de la Inmaculada Concepción de Luján -el General Belgrano tomó para nuestra Enseña Nacional los colores de la Virgen de Luján, para así homenajear a la Virgen-, y así ha de permanecer, si Dios Nuestro Señor nos concede la fuerza y la sabiduría necesarias para derrotar a los enemigos internos y externos de Nuestra Patria Argentina. Que nos asistan en esta trascendental lucha el Dueño de nuestra Patria, el Hombre-Dios Jesucristo; la Patrona de nuestra Nación, la Inmaculada Virgen de Luján, y el Ángel Custodio de Argentina.

¡Viva la Patria!
¡Viva Cristo Rey, Dueño y Señor de la Patria Argentina!
¡Viva la Inmaculada Concepción, Patrona de la Patria Argentina!




[2] Cfr. Diccionario de Enciclopedia Salvat, Barcelona 1972, voz “Mapuche”: Adj.- Natural de Arauco - Perteneciente a esta Provincia de Chile.
[3] Tehuelche: Adj. y sust. - Dícese de un individuo de un pueblo amerindio cazador, que, con otros grupos, integró la llamada “Cultura de las Pampas” en Argentina y Uruguay. Exterminados en gran parte por los araucanos, quedan reducidos núcleos en Tierra del Fuego.

[5] En nuestro país, la comunidad Araucana que se hace llamar Mapuche aún no ha desarrollado acciones radicalizadas y violentas para hacerse de la posesión de tierras, pero en Chile -donde la población de etnia araucana es muy numerosa- ya han comenzado, a través de la vinculación con las F.A.R.C.