Nuestra Señora de Malvinas

martes, 30 de marzo de 2010

La gesta del 2 de Abril


¿Qué podemos pensar de Malvinas? Porque hoy se escuchan como dos campanas: una, de izquierda, que dice que la Patria es una idea, buena, noble, pero que no vale la pena dar la vida por una idea, y por eso se ven películas que distorsionan la realidad, haciendo hincapié en argumentos no afectivos sino sensibleros: en vez de ver el gesto de honor de un joven que da la vida por su Patria, soportando el frío, el hambre, venciendo el miedo, ven un sufrimiento que no puede ser tolerado, porque la Patria es solo una idea. No vale la pena dar la vida por la patria, dicen los de la izquierda.
De otro lado, de la derecha, se dice también que la Patria es una idea noble, por la que se puede dar la vida, pero no porque se considere que la Patria es algo real, un don de Dios, sino porque así conviene a los intereses financieros y económicos: la guerra –en este caso, la guerra por la Patria- es una ocasión de hacer dinero y mucho, por eso, a dar la vida por la Patria, dicen los banqueros de derecha, para que ingrese mucho dinero en nuestros bancos. Además, la derecha usa estas ideas para mantener dominado al pueblo que dice gobernar. Para la derecha, hay que dar la vida por la Patria, pero la vida de los otros, no la de los banqueros, financieros y políticos, que lo único que hacen es enriquecerse con el dinero que produce la guerra.
Hay que dar la vida por la Patria, pero porque esto trae dinero y permite controlar –que es la perversión del gobierno- a la población.
¿Qué podemos pensar frente a esto?
Que no son válidas ni una ni otra postura: ni la de la izquierda, ni la de la derecha.
La única postura válida es la postura de la Iglesia: la postura de la Iglesia es que se debe dar la vida por la Patria porque la Patria es un don de Dios: la Patria, en cuanto don de Dios, es algo real, es un destino común en la eternidad. El destino de la Patria está ligado al destino eterno de sus hijos, así como el destino de una madre está ligado al destino de sus hijos, y de esto surge el sentido de dar la vida por la Patria, porque se da la vida por aquello que tiene sentido, y que da sentido a mi existencia, porque mi existencia está ligada a su destino. El destino de la Patria es mi destino.
No debemos dejarnos engañar, entonces, ni por la izquierda ni por la derecha: la Patria es un don de Dios por el cual vale la pena dar la vida, porque en la Patria está comprendida toda nuestra vida personal, nuestra historia, nuestra tierra, nuestros ancestros, nuestros padres, nuestros hermanos, nuestra religión, nuestra cultura, nuestra bandera.
Defender la Patria del agresor infame, injusto y cobarde, que a punta de pistola robó las Malvinas a la Patria, es un acto de amor a la Patria, justificado delante de la historia, delante de Dios y de los hombres.
Ofrezcamos nuestras misas por las almas de los patriotas y héroes que dieron sus vidas por nuestra Patria y pidamos al Ángel Custodio de Argentina que bendiga y custodie nuestra Patria y que nos ayude a recuperar, esta vez para siempre, a nuestras Islas Malvinas.

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