Nuestra Señora de Malvinas

domingo, 20 de junio de 2021

El trapo rojo del Dragón comunista no reemplazará jamás al manto celeste y blanco de la Inmaculada Concepción, la Bandera Nacional Argentina

 



         Hoy nuestra Patria, cuya Bandera Nacional es el Manto celeste y blanco de la Inmaculada Concepción de Luján, se encuentra en un gravísimo peligro, porque quienes conforman el des-gobierna que guía a la Nación a un abismo sin fin, son los herederos ideológicos de los criminales subversivos apátridas, los guerrilleros del ERP, la FAP, montoneros, quienes pretendían convertir a la Argentina en un satélite de la Cuba comunista y de la Unión Soviética, estados ateos y anticristianos por esencia y por antonomasia. Las palabras del criminal y asesino de masas Santucho no eran dichas por casualidad: “Debemos MATAR un millón de argentinos, para instaurar el socialismo y el comunismo”. “MATAR” un millón de argentinos, decir una frase así, refleja el odio y la intención preternaturales, satánicas, que movían a los brutales asesinos subversivos de la década de los setenta. Luego de haber sido derrotados militarmente, lamentablemente ganaron –por el momento- la batalla cultural y es así que lograron colocar a un “camarada” suyo, el marxista Raúl Alfonsín –marxista y abogado defensor de los apátridas y criminales subversivos- como “padre de la democracia”, enmascarando su profundo odio hacia Dios y hacia la Patria, tal como lo demostraría, entre otras cosas, con su lema: “Con la democracia se come, se cura y se educa”, intentando, con esta frase materialista y marxista, desplazar a Dios, quien es El que con su Providencia nos alimenta, nos cura y nos educa y además limitando al argentino a un trozo de materia sin espíritu, al establecer al menos implícitamente que lo único que hacía falta era un gobierno “democrático”. Luego se sucedieron diversos gobiernos, hasta el actual, todos caracterizados por carecer, en absoluto, de un proyecto nacional de crecimiento y desarrollo material y espiritual, constituyendo en cambio una casta política oligárquica desentendida del Pueblo Argentino y dedicada a enquistarse en el poder para lograr más poder y más riquezas para sí mismos. Hoy, quienes nos gobiernan, son los herederos ideológicos de los subversivos apátridas quienes, por carecer de Dios y de Patria, niegan a Dios –ley infame y genocida del aborto aprobada por este gobierno- y traicionan a la Patria –entre otras cosas, destrucción de las Fuerzas Armadas y entrega de nuestra soberanía nacional a China al otorgarle una base militar en la Patagonia Argentina, con lo cual quedamos bajo la órbita del Dragón rojo, el comunismo chino, además de la cesión de aguas territoriales para la depredación a las flotas pesqueras piratas chinas, la práctica rendición total frente al enemigo usurpador inglés en Malvinas y muchas otras traiciones más-. Es por esto que nuestra Patria, cuya Bandera Nacional es el Manto celeste y blanco de la Inmaculada Concepción, Nuestra Señora de Luján, es el próximo objetivo de los apátridas, quienes tratan de implantar un régimen comunista al estilo chino-cubano-soviético y así reemplazar a nuestra Bandera Nacional por el trapo rojo del Dragón del Apocalipsis, el Comunismo.

         Es hora de que despertemos del letargo en el que nos encontramos los argentinos y nos demos cuenta que detrás de la política se encuentran dos grandes enemigos de Dios y de la Patria, la Masonería y el Comunismo, por lo que en realidad se trata de una lucha espiritual del Pueblo Argentino, ya que la Masonería es la Bestia y el Comunismo es el Dragón del Apocalipsis. Y si es una lucha espiritual, las armas son espirituales: el Santo Rosario, la Santa Misa, el vivir en gracia, el invocar con frecuencia al Ángel Custodio de Argentina. Nuestras únicas esperanzas de sobrevivir como Nación, nuestra única esperanza de que la Bandera Nacional, el Manto celeste y blanco de Nuestra Señora de Luján, no sea reemplazado jamás por el trapo rojo del Dragón rojo comunista, son el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María. ¡Viva la Patria! ¡Viva el Sagrado Corazón de Jesús! ¡Viva la Patrona y Dueña de la Argentina, Nuestra Señora de Luján!

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