Nuestra Señora de Malvinas

viernes, 16 de agosto de 2019

Todos los caminos de la Bandera Nacional Argentina conducen a la Inmaculada Concepción


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         ¿Dónde se originaron los colores de la Bandera Nacional Argentina? Antes de responder a la pregunta, hay que descartar, de plano, la teoría liberal-masónica de que el cielo, con su celeste y blanco naturales, fueron los que inspiraron a Belgrano para su creación. Esta teoría no tiene más sustento que la intención de aquellos que quieren desterrar a Dios de todo lo humano, especialmente de nuestra insignia nacional, en este caso.
         Cuando se investiga, con seriedad científica, el origen de los colores de la Bandera Nacional Argentina, se puede decir, parodiando al dicho que dice que “todos los caminos conducen a Roma” que “todos los caminos de la Bandera Nacional conducen a la Inmaculada Concepción”. En efecto, una primera señal está dada por el testimonio del hermano de Belgrano, el Sargento Carlos Belgrano, quien afirmó que “los colores de la Bandera Nacional fueron tomados por mi hermano del manto de la Inmaculada Concepción, de la cual era ferviente devoto”. Es decir, fue un acto de devoción mariana, pues quiso honrar el General Belgrano a la Santísima Virgen, dándole a la insignia nacional argentina los colores de su manto. Esto es sumamente importante, porque significa que Dios mismo quería que nuestra Bandera Nacional llevara los colores de la Virgen, porque si fue un acto de devoción mariana, fue un acto mediado por la gracia y es de Dios de quien proviene toda gracia, siendo la Virgen la Mediadora de toda gracia.

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         Según otra teoría, los colores de la Bandera Nacional habrían sido dados por el General Belgrano por ser estos colores los distintivos de la “Real y Distinguida Orden Española de Carlos III”, establecida por Carlos III, rey de España –creador del Virreinato del Río de la Plata, con su capital en Buenos Aires-, mediante real cédula de 19 de septiembre de 1771. Puesto que el rey Carlos III era muy devoto de la virgen María, eligió el azul celeste y el blanco como los colores de la Orden, que son a su vez los colores de la Inmaculada Concepción. Es decir, Carlos III hizo lo mismo que Belgrano: por devoción a la Virgen y en un acto de devoción mariano, dio a su Orden los colores de la Inmaculada Concepción[1].
Entonces, según esta teoría, fue de esta Orden de Carlos III de donde el General Manuel Belgrano tomó los colores de la Bandera Nacional. Esta teoría coincide con lo declarado por el Sargento Carlos Belgrano, puesto que también en este caso, la intención de Belgrano era honrar a la Inmaculada Concepción, cuyos colores llevaba la Orden del rey Carlos III.
De esto se deduce que, por un camino u otro, al investigar el origen de los colores de la Bandera Nacional Argentina, se llega siempre al mismo punto: el origen es el manto celeste y blanco de la Inmaculada Concepción. Por esta razón, como decía Liniers a los soldados que combatían contra los invasores ingleses, “besar la Bandera Nacional es besar el manto de la Inmaculada Concepción”.






[1] Por esta razón solemos ver a los Reyes de España con condecoraciones celeste y blanco, los mismos colores de la bandera argentina; pues se trata precisamente de la Real Orden de Carlos III, de la cual provienen los colores de la insignia nacional del país americano.

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