Nuestra Señora de Malvinas

jueves, 30 de marzo de 2023

Santucho, genocida (felizmente) fracasado: "Tenemos que matar un millón (sic) de argentinos paa instaurar la patria socialista"

 

El millón de argentinos que tenían que morir para instaurar la patria socialista

Roberto Santucho, uno de los guerrilleros desaparecidos durante la última dictadura militar, había calculado la cantidad de víctimas que se necesitaban para implementar el proyecto comunista en el país.

El millón de argentinos que tenían que morir para instaurar la patria socialista
 “Creo que para lograr la patria socialista vamos a tener que matar a no menos de un millón de personas”, le manifestó una vez Santucho a su hermano Asdrúbal. (PanAm Post)

En el día de la memoria kirchnerista, donde no se habla de lo que pasó antes del 24 de marzo, que se limita la lectura de los hechos durante la dictadura y se olvidan algunas cosas que pasaron después, de lo único que se habla es de la cifra de los 30000 desaparecidos. Más allá del debate numérico y los datos reales, la consigna colectiva también tiene una necesidad concreta: la invisibilización de los planes políticos de los grupos armados, que buscaban la implementación del socialismo en Argentina.

Uno de los desaparecidos en aquellos años sangrientos fue Mario Roberto Santucho, nacido en 1936. Fue uno de los fundadores del Partido Revolucionario del Pueblo (PRT) y también estuvo al frente del grupo guerrillero del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). A diferencia de Montoneros, que luchó por el retorno de Perón a la Argentina, con el que terminaron confrontando luego de que el viejo caudillo no implementó ningún socialismo al retornar al poder, el ERP tuvo siempre una orientación marxista.

Luego de varios atentados que causaron su detención en 1971, y un escape de un penal de la cárcel de Devoto posteriormente, Santucho estuvo en Chile y Cuba, donde fortaleció sus vínculos internacionales antes de volver al país. Ya en 1973, al frente de la guerrilla comunista de nuevo en Argentina, Santucho confrontó una vez más contra el gobierno constitucional de Héctor Cámpora.

Por aquellos días, el guerrillero, mientras buscaba infructuosamente que la población apoye su causa, señalaba:
“El gobierno se coloca cada vez más claramente al lado de los espectadores y los represores, junto a los enemigos del pueblo y de la Nación Argentina y se apresta a reprimir, más aún, ya ha comenzado a organizar la represión sangrienta contra el pueblo. En el terreno de la economía, en lugar de elevar el nivel de vida de las masas trabajadoras, hacer pagar la crisis a los capitalistas y organizar la economía bajo el control y administración de los trabajadores, intenta a través del pacto social maniatar a los obreros y dar vía libre a los empresarios para el enriquecimiento más rápido”.

Mientras se hacían las críticas políticas en los panfletos de las organizaciones, la guerrilla seguía con sus sangrientos atentados, que no hacían más que volcar a la opinión pública en contra de sus posiciones e intereses.
Luego del quiebre de Montoneros y Perón, y la llegada de los militares el 24 de marzo, Santucho intentó una alianza con los guerrilleros desilusionados del caudillo, pero ya era demasiado tarde. Murió en un enfrentamiento con las fuerzas armadas el 19 de julio de 1976 a los 39 años. Su cuerpo nunca apareció. Antes de su muerte, Jorge Rafael Videla reconoció que los militares hicieron desaparecer el cuerpo, para evitar que su tumba se convierta en un lugar de peregrinación de sus seguidores.

Aunque no sea políticamente correcto recordar las acciones de las organizaciones armadas en una jornada como hoy, no se puede desconocer las intenciones de la guerrilla en aquellos años. “Creo que para lograr la patria socialista vamos a tener que matar a no menos de un millón de personas”, le manifestó una vez Santucho a su hermano Asdrúbal.

Otro que fue honesto con estas cuestiones es Juan Arnold Kremer Balugano, cuyo nombre de guerra por esos años era Luis Mattini. Él sucedió a Santucho luego de su muerte en el PRT y en el ERP hasta su exilio en 1977. “No nos chupemos el dedo. Ahora hay una enorme cantidad de compañeros que se hacen los blanditos. La historia es la historia y hay que hacerla con la verdad. Pero la verdad es que nosotros nunca pensamos en la democracia. Nosotros pensábamos en la democracia en términos de Lenin, como un paso para instrumentar el socialismo. Teníamos toda la concepción leninista dura. Para nosotros la sociedad socialista tenía una etapa previa que era la dictadura del proletariado. En eso, que no se hagan los desentendidos”, reconoció.

Marcelo Duclos

Marcelo Duclos

Nació en Buenos Aires en 1981, estudió periodismo en Taller Escuela Agencia y realizó la maestría de Ciencias Políticas y Economía en Eseade. Es columnista de opinión invitado de Perfil, Infobae y músico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario