Nuestra Señora de Malvinas

jueves, 7 de julio de 2022

El 9 de Julio debe amanecer como un día sagrado, un día patrio, un día de acción de gracias a la Trinidad

 



Parafraseando a Fray Castañeda, quien afirmaba que el 25 de Mayo debía amanecer como un día sagrado, un día patrio, que debía perpetuar nuestras glorias, porque reflejaba al mismo tiempo, la lealtad al Rey Fernando VII, cautivo del invasor francés, como asimismo la firme decisión de auto-gobernarnos como Nación, permaneciendo fieles a España, a su lengua, a su cultura y sobre todo a su religión, lo mismo debemos decir del 9 de Julio de 1816, puesto que es una continuación y prolongación de aquel 25 de Mayo de 1810.

Ahora bien, podríamos decir que nunca debimos independizarnos de España, pero los hechos del 25 de Mayo no fueron una revolución, un rechazo de la Madre Patria, sino que fueron impuestos por la agresión de los invasores anglo-franceses al Imperio Español. De todos modos, la cuestión de la reunificación con España a todo nivel es un asunto de no menor importancia, que debe plantearse en algún momento.

Regresando al 9 de Julio de 1816, parafraseando, como decimos, a Fray Castañeda, afirmamos que debe amanecer “como un día sagrado, un día patrio, un día de acción de gracias a la Trinidad”, en el que debemos postrarnos ante el Altar del Sacrificio dando gracias a Dios Uno y Trino por nuestra Patria Naciente y por nuestra Madre Patria, España, porque como herencia de la amada España, nuestra independencia se firmó, en la Casa Histórica de Tucumán, a los pies de Cristo crucificado –llamado por eso mismo “Cristo de los Congresales”- y para ese entonces, ya teníamos una Bandera Nacional, cuyos colores son una prolongación del Manto celeste y blanco de la Inmaculada Concepción. Ambos elementos, la firma al pie de la Cruz de Cristo y la Bandera con los colores de la Inmaculada Concepción, son elementos hispanos, además de ser católicos, por lo que el Nacimiento de nuestra Patria Argentina es, sin ninguna duda, hispano-católico. Por esta razón, jamás debemos los argentinos permitir que ningún trapo multicolor –representante de la ideología de género, contraria a la Ley de Dios- y mucho menos rojo –representante del comunismo ateo-, reemplacen a nuestra Bandera Nacional o flameen, ni siquiera por un instante, junto a ella. Hacer esto, equivaldría a cometer un acto de alta traición a la Patria Argentina y a la Madre Patria España.

El Acta de la Independencia se firmó a los pies de Cristo crucificado y por eso podemos decir que nuestra Independencia, en la cual nacimos como hijos de España, hispanos y católicos, está sellada con la Sangre de Cristo. Postrados a los pies del Cristo de los Congresales y arropados con el Manto celeste y blanco de la Inmaculada Concepción, postrémonos ante el Altar del Sacrificio y demos gracias por el 9 de Julio, considerándolo como un “día sagrado, un día patrio, un día de acción de gracias a la Trinidad”.

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