Nuestra Señora de Malvinas

sábado, 23 de enero de 2021

Ataque terrorista a La Tablada

 


 

Nicolás Kasanzew 

Cuando esa mañana de 1989 el subteniente de Malvinas prendió la radio en su casa, escuchó que los programas estaban hablando de tiros, de policías muertos, de un asalto al cuartel del Regimiento 3 de La Tablada. Montados en un camión robado, guerrilleros marxistas habían entrado a la unidad a sangre y fuego, disparando contra los soldados conscriptos, algunos de los cuales tenían en sus manos tan solo una escoba.

"¡Vamos!", le dijo Jorge Taranto a su camarada, con quien había combatido contra los ingleses en 1982. El cuartel ya estaba rodeado por valerosos policías de la provincia de Buenos Aires, alertados por dos de sus camaradas que intentaron entrar para averiguar qué pasaba y fueron atacados a balazos y heridos gravemente. Detrás de la reja se veían cuerpos tirados, algunos estaban heridos y se movían. Los grupos de empleo inmediato de las unidades cercanas y el escalón adelantado de comandos, que arribaron a ese infierno, esperaban órdenes fuera del  Regimiento. 

Taranto no esperó nada. Se lanzó a rescatar a los heridos. Para ello necesitaba hacerse de un VCTP (Vehículo de Combate para Transporte de Personal). Al aprestarse a entrar al cuartel, un oficial de comandos lo interpeló:  ¿A órdenes de quien está? "A órdenes mías", respondió impertérrito el joven veterano del Regimiento 5, que había estado destinado en la Gran Malvina. 

Cuando bajo una lluvia de balas consiguieron llegar al parque de vehículos, con una llave de su casa Taranto consiguió hacer arrancar el tanque, que estaba desarmado, y comenzó la tarea. Se arrimaba con el blindado marcha atrás hasta el lugar del herido, abría la compuerta trasera y su camarada, con algunos bravos policías que se acercaron, lo arrastraban adentro. Mientras los subversivos no paraban de tirarle al tanque, hizo varios viajes transportando a los soldados caídos, que luego eran transbordados a ambulancias desde un lugar más seguro.

Ese día, el subteniente de Malvinas salvó muchas vidas, jugándose la propia, sin que nadie se lo hubiera pedido u ordenado. Malvinas la Verdadera Historia.

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