Nuestra Señora de Malvinas

jueves, 23 de enero de 2020

Héroes de La Tablada

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Sean Eternos los Laureles
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ARGENTINA EN GUERRA. GUERRA ANTISUBVERSIVA 1959/1990: 23 DE ENERO DE 1989, BATALLA DE LA TABLADA. LA POLICÌA BONAERENSE PONE A SALVO A LA NACIÒN ARGENTINA DURANTE EL ATAQUE Y COPAMIENTO DEL 3er REGIMIENTO DE INFANTERIA MECANIZADA "GENERAL BELGRANO" Y DEL 1er ESCUADRON DE EXPLORACION DE CABALLERIA BLINDADA

El 23 de enero de 1989, siendo las 06:15 horas un grupo de extremìstas castroguevarìstas de entre 45 a 50 terroristas pertenecientes a la organizaciòn mafiosa MTP (Movimiento Todos por la Patria), de clara ideologìa judeomarxista, y entre los cuales había varias mujeres, irrumpió en los cuarteles del 3er Regimiento de Infanterìa Mecanizada y Escuadròn de Exploraciòn de Caballerìa Blindada 1 con asiento el La Tablada, provincia de Buenos Aires, tras embestir y derribar el portón de entrada de la guarnición, utilizando cinco automòviles, y un camión de transporte de gaseosas que minutos antes habìa sido robado a punta de arma. En dicha operación inicial fue asesinado el soldado conscripto Roberto Taddia en la citada entrada, que estaba barriendo el acceso a la guardia y sin que tuviese la oportunidad de hacer uso de su arma asignada. Acto seguido fue tomado el local de la guardia de prevención, permaneciendo en él varios terroristas, mientras el resto ingresaba con los vehículos al interior del cuartel.
En esta operación participaron dos grupos debidamente identificados: uno de incursiòn compuesto por 45 a 50 extremìstas que como veìamos ingresò al cuartel en forma violenta, y otro no identificado y de nùmero indeterminado (tal vez un centenar de extremìstas), que actuó fuera de las instalaciones militares, en actividades de diversiòn, bloqueo y hostigamiento, para evitar la llegada de unidades policiales y militares en apoyo del Regimiento (y llegado el momento para cubrir la retirada de los terrorìstas incursores), como así también en acciones de agitación social y apoyo sanitario, llevadas a cabo por subversivos confundidos entre la población civil que rodeaba a la unidad de Ejército.
El objetivo prioritario, además de la tarea inicial de tomar la guardia de prevención, era apoderarse de las instalaciones de la plana mayor de la unidad, los casinos (oficiales y suboficiales) y una o más subunidades, con la finalidad de sustraer armamento y municiones, y huir tras producir la mayor cantidad de muertes y destrucciòn posible, y generando una clara desestabilizaciòn polìtica y social.
Inicialmente sólo pudieron cercar al edificio de la plana mayor, y tomar algunas dependencias del mismo, ya que la resistencia del subjefe del 3er Regimiento, el mayor paracaìdista Horacio Fernández Cutiellos impidiò que el edificio fuese totalmente tomado; mientras tanto el casino de suboficiales fue capturado, y allì trasladaron a los pocos soldados que habìa en la unidad ese dìa, y sorprendidos desarmados cuando apenas iniciaban sus tareas rutinarias, los que no pudieron escabullirse u organizar una resistencia fueron reducidos y tomados como rehenes, manteniéndolos en esa situaciòn con la intenciòn de utilizarlos como escudos o moneda de cambio en caso de verse acorralados por un contraataque militar antes de cumplir su objetivo principal y huir.
Debido a los escasos efectivos que se encontraban en la unidad como consecuencia de las licencias anuales al iniciarse el verano, que el personal aún no regresaba del franco de fin de semana, y a que era la hora en que se iniciaban las tareas diarias, toda informaciòn que los terrorìstas contaban y habrìa sido proporcionada por altos funcionarios del gobierno Nacional, cuyo Presidente y alguno de sus ministros y cargos polìticos estaban ligados o habìan pertenecido a la organizaciòn castroguevarìsta terrorìsta ERP-PRT, que era el grupo del que derivaba el MTP, lograron el copamiento de la unidad militar en un reducido lapso de tiempo, explotando tales circunstancias y el factor sorpresa.
El concepto de esa operación, planeada y comandada desde fuera de las instalaciones militares por el terrorìsta y asesino serial Enrique Gorriarán Merlo, fue claramente determinado por la documentación secuestrada durante y después de las acciones de recuperación de las instalaciones militares, entre la cual se encontraba la proclama inicial que pretendían difundir por emisoras radiales, que iban a ser copadas; una segunda proclama en la cual se instrumentaba un plan de emergencia luego que el gobierno castroguevarista accediese al poder. En dicho desquiciado plan se incluía la disolución de las Fuerzas Armadas y su reemplazo por milicias populares; por último, una serie de comunicados en los cuales se detallaban las organizaciones políticas, gremiales, estudiantiles y educacionales que se adherían al movimiento terrorìsta y a la toma del poder nacional. Es asì que una vez consolidada la primera fase de la operación con la toma del cuartel, comenzaría la fase de agitación popular con la ayuda de altavoces que poseía el grupo de apoyo externo, justificando su actitud con la falsa excusa que la toma de la unidad militar era para desalojar a militares rebeldes carapintadas adictos al ex coronel Aldo Rico y al coronel Mohamed Alì Seineldin que tenían el propósito, según el grupo terrorista MTP, de dar un golpe de estado. Para ello los terroristas tenían impreso una gran cantidad de volantes en los cuales los citados militares supuestamente llamaban a la rebelión contra el Gobierno de la Nación. Dichos panfletos también fueron secuestrados al grupo atacante junto con el resto de la documentación ya indicada.
Luego de la toma del cuartel, la agitación popular que pretendían lograr estaba destinada a convocar una marcha multitudinaria desde varios puntos de la Capital Federal, gran Buenos Aires, e incluso desde el interior del país, para dirigirse a Plaza de Mayo y ocupar la Casa Rosada, con un gobierno Nacional que obviamente no movilizarìa ni a las Fuerzas Armadas ni a las Fuerzas de Seguridad Federales, ni ofrecerìa resistencia real. Esto se haría para evitar el ficticio golpe de estado de Seineldìn.
Si esta operación hubiese tenido éxito, lo mismo habría ocurrido en las otras zonas más pobladas del país, principalmente en Rosario y Córdoba.
Sin embargo toda esta operaciòn tan bien orquestada desde Cuba y puestos de vital importancia del gobierno Nacional, no contaron con una patriòtica y veterana adversarìa del extremìsmo castroguevarìsta: ¡La Policìa Bonarense!!!
Es asì que el primer mòvil de patrulla policial que casi al mismo tiempo que se iniciaba el asalto extremìsta, mientras realizaba su habitual ronda jurisdiccional en prevenciòn de ilícitos, al advertir tales acontecimientos plantò cara a los extremìstas, aunque creyendo que se trataba de un alzamiento militar, y solicitaron inmediato apoyo, que con gran rapidez y eficacia convergieron mòviles policiales sobre el acceso de la unidad militar, quedando sellada la principal vìa de escape de los extremìstas, para pronto y ante el cariz que tomban los acontencimientos, unidades de la Policìa de la Provincia de Buenos Aires procedentes de todo el Conurbano Bonaerense literalmente rodearon al Regimiento 3, y el destino de los extremìstas quedò sellado.
Estos primeros efectivos policiales que se hicieron presentes en apoyo estaban al mando del jefe del Comando Radioeléctrico de La Matanza, comisario inspector Emilio Garcìa Garcìa, quien al tomar conocimiento de la gravedad de los hechos se apersonò ante el Regimiento 3 y poniéndose al frente de su personal, decidiò arremeter contra la guardia de prevenciòn para ingresar al Regimiento y asì ayudar a los soldados del Ejército que se sabìa combatìan en el interior de la unidad militar, ya que claramente se oìa la impresionante balacera que allì se desarrollaba. Fue asì que al aproximarse al local de la guardia de prevención al frente de sus hombres y abordo de mòvil policial, son recibidos a tiros por los subversivos, y el comisario inspector recibió impactos de escopeta Itaka en el pecho que lo hirieron de gravedad. Inmediatamente fue evacuado por sus subalternos mientras arreciaba la lucha, y trasladado a un centro asistencial, fue intervenido quirúrgicamente, aunque falleciò tres días después, el 26 de enero.
Fue en ese tiroteo en que varios terrorìstas fueron alcanzados ya, que también resultò muerto el sargento de policìa José Manuel Soria, que acompañaba al comisario inspector Garcìa Garcìa, y ambos fueron los dos ùnicos policìas asesinados en la batalla que apenas comenzaba.
No tardaron en llegar las primeras unidades militares de apoyo, y también comenzaron los combates con facciones terrorìstas y francotiradores del grupo de acciòn externa del MTP. Obviamente los terrorìstas no tenìan ya salida, y ni la Policìa Bonaerense ni el Ejército dieron tregua a los agresores, pues Argentina nuevamente estaba siendo atacada, y la Patria debìa defenderse sin dudar y a cualquier precio.
A esa altura de los acontecimientos y encontrándose cercados los elementos subversivos, el Estado Mayor General del Ejército, con la ineludible autorización del presidente de la Naciòn y ex-asesor legal del ERP-PRT en los años 70s, Raúl Ricardo Alfonsín, ordenó el traslado y posterior empleo de efectivos militares y de Gendarmería Nacional, que luego fueron reforzados por efectivos de Policìa Federal, todos bajo las órdenes de un comando unificado, a cargo del general de brigada Alfredo Arrillaga, quien se desempañaba como Inspector General del Ejército.
Los parqueaderos de vehìculos de combate y el arsenal nunca pudieron ser capturados por los extremìstas, gracias a la resistencia de los pocos soldados que estaban de guardia en esas dependencias y otros pocos que pudieron reaccionar y unìrseles al comenzar la batalla, y que al llegar los primeros refuerzos militares ya se reforzaron, e inmediatamente pusieron en marcha vehìculos blindados TAM-VCTP y AML-90 para contrarrestar a los sediciosos. Pero casi al mismo tiempo que estos primeros refuerzos militares llegaban, el centro de comando del Regimiento 3 que sòlo estaba defendido por el mayor Fernández Cutiellos y algùn otro efectivo que alcanzò a unìrsele en los primeros momentos, cayò cuando este oficial fue alcanzado por la espalda y resultando asesinado; momento en que justo el mismìsimo teniente coronel Jorge Echezarreta alcanzò a llegar por breves instantes al epicentro de la unidad, y asi pudo acompañar a Fernández Cutiellos en sus últimos momentos de vida, recordando luego con profunda emociòn Echezarreta que: "Lo llamé como lo hacía siempre, por su apodo. Me acerqué y me tomó la mano fuertemente al tiempo que levantaba el pulgar de la otra mano para darme a entender que todo estaba bien" (...) "Tenía burbujas de sangre que le salían por la cara y poco después murió".
Las acciones militares se llevaron a cabo durante todo el día 23 y hasta las 10:30 hs. del día 24 de enero, oportunidad en que, ya abatidos la mayor parte de los subversivos que siguieron combatiendo hasta la hora indicada (32 de entre 45 y 50 calculados), se materializó la rendición de 14 de ellos, uno de los cuales (una mujer) falleció a los pocos minutos a consecuencia de las heridas previamente recibidas.
Junto con esta rendición se produjo la liberación de los rehenes que aùn quedaban en poder extremìsta, unos pocos suboficiales, ya que la mayorìa de suboficiales y soldados habìan podido escapar al caer una pared del casino que fue alcanzada por diparos de artillerìa del Ejército (en ese momento resultò muerto por el derrumbe, el soldado conscripto Héctor Cardozo, cuando justo estaba asistiendo a otro conscripto herido previamente).
Por expresa orden del Presidente de la Nación, los genocidas subversivos detenidos fueron puestos a inmediata disposición del juez federal en turno, Dr. Larrambebere quien con prontitud se hizo presente en el lugar de los hechos.
El saldo de fallecidos tras unas 28 horas de enfurecidos combates fue de 32 terrorìstas castroguevarìstas abatidos; y 9 militares de Ejército Argentino y 2 efectivos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires asesinados.
La cantidad de heridos y mutilados alcanzó a 37 soldados de Ejèrcito y policìas bonaerenses, algunos grave y horriblemente mutilados (pérdida de ambas piernas el subcomisario Re, y pérdida de un ojo el coronel Nani).
Los certificados procedimientos judiciales de identificación de muertos y detenidos, secuestro de armamento y municiòn (en su mayorìa de origen ruso y chino procedentes de Cuba, incluidos lanzacohetes antitanques RPG), vehìculos, documentación, y gran cantidad de bibliografía y material ideológico capturado a los subversivos, permitieron determinar fehacientemente que el grupo estaba integrado en su mayoría por miembros del MTP, que como ya dijimos era un desprendimiento del ERP-PRT, y liderado por Enrique Gorriarán Merlo y con elementos de otras organizaciones terrorìstas que en esta oportunidad estaban encuadrados dentro de la misma estructura pero pertenecìan a:
• Montoneros (Columna Sur-Oeste)
• PL (Partido de la Liberación)
• ML-29 (Movimiento de Liberación 29 de Mayo)

▪A continuaciòn se detallan los patriotas argentinos que el 23 y 24 de enero de 1989 resultaron asesinados en La Tablada por terrorìstas judeomarxistas:
_Comisario inspector PBA (Policìa de la provincia de Buenos Aires) Emilio Garcìa Garcìa.
Prestigioso oficial con 30 años de servicio, en el momento de la batalla de La Tablada era el jefe del Comando Radioleléctrico de La Matanza; y tras ponerse al frente de sus hombres y presentarse en primera lìnea, es sesinado cuando se aproximaba, abordo de un mòvil patrullero, a la guardia de prevenciòn de la unidad militar, momento en que junto a los efectivos que lo acompañaban fueron recibidos a balazos por los subversivos, siendo Garcìa Garcìa alcanzado en el pecho por un impacto calibre 12/70 y resultando gravemente herido junto al sargento José Manuel Soria, que lo acompañaba y quien falleciò en el momento que intercambiaba fuego con el enemigo, a la vez que otros efectivos que también se trasladan en el mòvil también eran heridos.
Quedando todos estos policìas heridos frente al cuartel, y a merced de las armas terrorìstas, sus camaradas que ya respondìan el fuego, exponiéndose en medio del infernal tiroteo desatado, lograron acercarse al mòvil y rescatarlos. De inmediato fueron trasladados a un centro asistencial donde fueron intervenidos quirùrigicamente, pero a pesar del esfuerzo médico el comisario inspector Garcìa Garcìa falleciò tres dìas despuès, el 26 de enero.

_Sargento PBA José Manuel Soria
Este experimentando suboficial subalterno tambièn revistaba en el Comando Radioeléctrico de La Matanza, y estaba de guardia la mañana del 23 de enero de 1989, siendo uno de los primeros policìas en acudir en apoyo del mòvil que habìa solicitado ayuda.
Ya en el lugar, voluntariamente decidiò acompañar al comisario inspector que intentò ingresar a la unidad para ver que sucedìa. Cuando los terroristas los recibieron con una lluvia de balas y el comisarìo inspector fue gravemente herido, el sargento Soria y sus acompañantes respondieron el fuego enemigo, generándose un rabioso intercambio de disparos, momento en el cual Soria fue alcanzado, cayendo asesinado en el lugar.

_Mayor EA (Ejército Argentino) Horacio Fernández Cutiellos
Nacido el 27 de septiembre de 1951 en la provincia de Corrientes, ingresó al Colegio Militar de la Nación el 1º de marzo de 1968, y egresó como subteniente de infantería el 17 de diciembre de 1976. Cursó la Escuela Superior de Guerra de donde egresó como Oficial de Estado Mayor. Además tenía la especialidad de paracaidista militar. Al producirse la batalla revistaba en el Regimiento 3 de Infanterìa Mecanizada.
Ni bien se inicia el ataque al cuartel, el mayor Fernández Cutiellos, que había pernoctado en la plana mayor de la unidad, al tomar conocimiento de lo que estaba ocurriendo se apresta a enfrentar a los incursores y no tarda en trabar combate contra los terroristas que van apareciendo. Esta actitud llevada a cabo desde la jefatura de la unidad, impidió la toma de la compañía comando y del edificio de la plana mayor.
Siendo aproximadamente las 07:20 hs. logra comunicarse con el jefe del Regimiento, teniente coronel Jorge Luìs Zamudio e informándole que el ataque al cuartel está siendo llevado a cabo por elementos terrorìstas. Dicho jefe, desde su domicilio, se comunica telefónicamente con el CENOPE (CENtro de OPeraciones del Ejército del Estado Mayor General del Ejército) poniéndolos en conocimiento de la situación, y de inmediato se traslada a la zona de los combates. Conjuntamente con otros Oficiales y Suboficiales que regresaban de franco ingresan por los fondos del cuartel para intentar la recuperación. En horas de la tarde, aproximadamente a las 14:30, el teniente coronel Zamudio mientras intentaba reconocer a pie la entrada lateral del casino de suboficiales, ocupado por los terroristas, es herido gravemente por un disparo en la espalda.
Mientras estas acciones se llevaban a cabo el mayor Fernández Cutiellos efectúa desplazamientos para poder continuar el fuego hacia la guardia de prevención, en poder de los terroristas. Encontrándose en la entrada principal de la jefatura, que da a la plaza de armas, fue alcanzado por un disparo en la espalda, cayendo hacia adelante, donde fue ultimado por un disparo de Itaka en el rostro. Hasta el momento de su muerte, evitò que los terroristas accedieran al edificio de la jefatura, donde se encontraba el centro de las comunicaciones alámbricas y radiales.

_Teniente EA Ricardo Alberto Rolòn
Nacido el 11 de diciembre de 1963 en la ciudad de Buenos Aires, Ingresó al Colegio Militar de la Nación el 16 de febrero de 1982, y egresó como subteniente de infantería el 13 de diciembre de 1985. Ya como teniente realizó el curso de comandos obteniendo dicha especialidad.
Su último destino fue la Compañía de Comandos 601 con asiento en Campo de Mayo.
Durante la noche del 23 al 24 de enero, aprovechando la oscuridad, el teniente Rolón conjuntamente con personal de su compañía, y utilizando un vehículo blindado TAM-VCTP logran acercarse al casino de suboficiales, último reducto de los terroristas que aún combatían, logrando acceder al primer piso del mismo, pero al tratar de penetrar en el dispositivo de los subversivos es descubierto y alcanzado de lleno por un nutrido fuego de armas portátiles. Estando gravemente herido y aùn a tiro del enemigo, es rescatado por sus compañeros y evacuado en helicòptero al Hospital Militar Central, donde fallece.

_Sargento ayudante EA Ricardo Raùl Esquivel
Oriundo de la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, su último destino fue el Colegio Militar de la Nación.
Movilizado hacia La Tablada para la recuperaciòn del Regimiento 3, el sargento ayudante Esquivel participaba en el intento de recuperar una compañía en poder extremìsta, momento en que una ambulancia que transportaba dos heridos se veìa imposibilitada de cruzar la zona en la cual se estaba combatiendo, Esquivel subiò al vehìculo y se hizo cargo de dicho traslado al puesto de socorro, pero en ese trayecto recibe un disparo que le ocasiona la muerte.

_Sargento EA Ramòn Waldimiro Orué
Nació en la provincia de Formosa. Tenía la especialidad de Comando y al producirse el hecho en La Tablada revistaba en la Compañía de Comandos 601 con asiento en Campo de Mayo, siendo movilizado para la recuperación de las instalaciones del Regimiento 3 de Infanterìa Mecanizada.
El sargento Orué formaba parte del cerco instalado en la noche del 23 al 24 de enero, alrededor del casino de suboficiales donde aún permanecía un importante grupo de terroristas aùn bien municionados resistindo el ataque de las tropas de Ejército. En determinado momento dos extremìstas tratan de huir del lugar, pero Orué advierte la maniobra, los intercepta y se produce un intercambio de disparos. Los dos delincuentes terroristas son abatidos y el sargento Orué es herido de gravedad; sus compañeros lo evacùan del lugar, y luego se lo traslada en helicòptero al Hospital Militar Central. Luego de varios días de sufrimiento, y a pesar del gran esfuerzo por salvarle la vida, falleció el 2 de febrero de 1989.

_Cabo 1° EA José Gustavo Albornoz
Joven suboficial de tan sòlo 24 anos de edad, habìa nacido en Capital Federal. A su egreso de la Escuela de Suboficiales Sargento Cabral como cabo de Infantería, fue destinado al 8° Regimiento de Infanterìa Mecanizada con asiento en Comodoro Rivadavia, donde revistò durante tres años. Posteriormente fue destinado al Regimiento 3 de Infanterìa Mecanizada de La Tablada, lugar donde perdiò la vida combatiendo contra el grupo terrorista MTP que tomò por asalto la unidad, cuando al iniciarse el ataque, y estando ya la guardia de prevención en poder terrorista, con la finalidad de rescatarla el cabo 1° Albornoz, con personal de la guardia que tenía como misión resguardar el polvorín de la unidad, se adelanta a su fracción, siendo sorprendido por el fuego extremìsta que le produce la muerte.
Ante esta situación los soldados se repliegan hacia las caballerizas y parque automotor, oportunidad en que también es alcanzado por el fuego enemigo el soldado Grillo, produciéndole la muerte.

_Soldado conscripto clase 69 EA Héctor Cardozo
Revistaba en el Regimiento 3 de Infanterìa Mecanizada, mientras permanecía como rehén en el casino de suboficiales tomado por los terrorìstas, el fuego de artillería propia produjo el derrumbe de una pared del mismo que lo aplastó produciéndole la muerte.
En tal circunstancia el soldado Cardozo estaba socorriendo a otro soldado que se encontraba herido y que no podía desplazarse, dada la confusión reinante entre los terroristas como consecuencia del intenso fuego que estaban recibiendo.
Posteriormente el cuerpo del soldado Cardozo fue utilizado como escudo por los subversivos que aún permanecían en el casino.

_Soldado conscripto clase 69 EA Martìn Dìaz
Pertenecía al Regimiento 3 de Infanterìa Mecanizada de La Tablada desempeñándose como centinela apostado cuando se iniciò a incursiòn del MTP; defendió su puesto y se enfrentò contra los extremìstas hasta ser abatido con un disparo en el pecho.

_Soldado conscripto clase 69 EA Roberto Tadeo Taddia
Revistaba en el Regimiento 3 de Infanterìa Mecanizada, y al producirse el ingreso de los atacantes por la guardia de prevención mediante el empleo de varios vehículos, el soldado Taddía se encontraba barriendo las inmediaciones de dicha dependencia, momento en que fue asesinado.

_Soldado conscripto clase 69 EA Julio D. Grillo
Revistaba en el Regimiento 3 de Infanterìa Mecanizada y formaba parte de una patrulla que trataba de evitar que el parque de automotores donde estaban los vehículos blindados cayese en poder de los atacantes; recibió un impacto de bala efectuado por los terrorìstas que le causaron la muerte.
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