Nuestra Señora de Malvinas

martes, 19 de junio de 2018

La Bandera Nacional Argentina es el Manto celeste y blanco de la Inmaculada de Luján



        

         La Bandera Nacional se caracteriza por unir a los hombres de una nación: debajo de la bandera desaparecen las rivalidades, desaparecen las diferencias, desaparece lo que enfrenta a los hombres, para convertirlos en una sola cosa, en una Nación, que se identifica, precisamente, bajo la Bandera Nacional. Esto sucede porque en la Bandera Nacional están representados los valores humanos más altos, nobles y sagrados que puedan concebirse; la Bandera representa lo más noble y digno de la humanidad, pero a la vez, representa y es el símbolo de la Patria, entendida esta como la unión de una Nación bajo una historia común, una lengua común, una cultura común, una religión común. Por estos motivos, la Bandera es sagrada, no porque represente a Dios, sino porque representa a lo más sagrado después de Dios, que es la Patria y, en la Patria, a la Familia que compone la Nación. Por la Bandera, una Nación se identifica como una Familia única, que posee una Patria única, que cree en un Dios único. Por eso la Bandera Nacional es sagrada. Y mucho más en nuestro caso, en el caso de la República Argentina, porque nuestra Bandera Nacional, por designio divino y no por deseo humano, lleva los colores celeste y blanco del Manto de la Inmaculada Concepción de Luján. Esto es así porque el creador de la Bandera Nacional, el General Belgrano quiso, por un acto de devoción suya a la Virgen Inmaculada, de la cual era devoto, homenajearla y darle a la Bandera de la Nación Argentina los colores celeste y blanco de su Manto Inmaculado. Así lo atestigua el hermano del General Belgrano: “Mi hermano quiso darle a la Bandera los colores celeste y blanco de la Inmaculada de Luján, de la cual era muy devoto”. Y así lo creen los patriotas, como Liniers, quien en una arenga en Buenos Aires, antes de salir a luchar contra los invasores ingleses, les dijo: “Soldados, al besar la Bandera celeste y blanca, estaréis pensando que besáis el Manto celeste y blanco de la Virgen de Luján”.
         No hay bandera más hermosa ni más sagrada que la Bandera Nacional Argentina, porque es el Manto celeste y blanco de la Inmaculada Virgen de Luján. Que la Virgen Santísima cubra con su Manto celeste y blanco a toda nuestra Patria, desde la puna jujeña hasta la Antártida Argentina y las Islas Malvinas; desde Buenos Aires hasta Mendoza y que nuestra amada Bandera, el Manto celeste y blanco de la Virgen de Luján flamee, victoriosa y hermosa, como la más victoriosa, la más hermosa y la más sagrada de todas las banderas de la tierra. Juremos amarla y defenderla hasta morir y no permitamos, bajo ningún concepto, que ninguna bandera ideológica o partidaria reeemplace, ni en nuestros corazones ni en nuestro sagrado suelo argentino, a nuestra Bandera Nacional Argentina, el Manto celeste y blanco de la Inmaculada de Luján.

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