Nuestra Señora de Malvinas

lunes, 2 de abril de 2018

Honor y gloria a los Héroes de Malvinas, vergüenza y oprobio eternos a los usurpadores ingleses



"Operación Rosario": el glorioso 2 de Abril de 1982, 
la Patria Argentina recupera las Islas Malvinas, 
retenidas ilegítimamente hasta entonces por el usurpador inglés.
La Bandera Nacional Argentina, 
el Manto celeste y blanco de la Virgen de Luján,
flamea victoriosa en Puerto Argentino.

         El 2 de Abril de 1982, Argentina inició una de sus más gloriosas gestas de toda su historia: bajo el nombre de “Operación Rosario” y al mando del buque insignia “Santísima Trinidad”, el glorioso Ejército Argentino -en operación conjunta entre fuerzas de tierra, aire y mar- ponía fin a años de humillación británica, recuperando el territorio patrio llamado “Islas Malvinas”, usurpado por los piratas ingleses a punta de pistola desde el infausto 3 de enero de 1833.
         Fiel a su estilo, el pirata inglés se apropió de nuestras Islas Malvinas por el simple hecho de querer hacerlo, sin importarle las leyes de las naciones, el derecho natural, el derecho internacional, el respeto por los bienes ajenos, que decían a los cuatro vientos que las Islas Malvinas pertenecían a la Nación Argentina. Llevado por su inagotable sed de bienes ajenos, el pirata inglés se apropió ilegítimamente de nuestro amado territorio patrio, usurpándolo sin la más mínima vergüenza desde entonces, hasta que el 2 de Abril de 1982 fueron desalojados por nuestros Héroes Nacionales.
         Como es sabido, las Fuerzas Armadas Argentinas libraron una heroica batalla, siendo derrotadas por la unión infame de Inglaterra y una nación, Chile, a la que creíamos hermana pero cual moderno Judas nos traicionó, ayudando a nuestros enemigos.
         El suelo malvinense está regado con la sangre de los Héroes de la Patria que, como en ocasiones anteriores, dieron sus vidas por la Patria, ganando así un puesto en el cielo, junto a las estrellas, haciendo guardia junto  a los luceros, vigilando, junto con el Ángel Custodio de Argentina, nuestra amada Patria y nuestras Islas Malvinas, rogando al Señor de los ejércitos, Cristo Jesús, para que en nuestras Islas vuelva a flamear, para siempre, como flameó el 2 de Abril de 1982, la gloriosa Bandera Nacional Argentina, el Manto celeste y blanco de la Virgen de Luján, la Inmaculada Concepción.
         Aunque hayamos sido temporalmente derrotados en una batalla -no la guerra-, los cuerpos de los soldados argentinos sepultados en suelo malvinense y los que descansan en el Mar Argentino que rodea a las Islas Malvinas, dicen, con cada soplo del viento malvinense: “¡Las Islas Malvinas fueron, son y serán argentinas!”.
         Dios Uno y Trino nos dé vida para poder contemplar la recuperación definitiva de nuestras Islas Malvinas y la expulsión para siempre, en el oprobio y la deshonra, del usurpador inglés. Que Nuestra Señora de Luján, cuyo Manto celeste y blanco es nuestra Bandera Nacional y el Ángel Custodio de Argentina, nos asistan en la tarea de la recuperación de las Islas Malvinas.
         ¡Honor y gloria a los Héroes de Malvinas, vergüenza y oprobio eternos a los usurpadores ingleses!

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