Nuestra Señora de Malvinas

lunes, 29 de noviembre de 2010

Al Ángel Custodio de Argentina le pidamos por la recuperación de nuestras Islas Malvinas


En Fátima, Portugal, antes de las apariciones de la Virgen María y como preparación para estas apariciones, se les aparece a los pastorcitos un ángel, que se presenta a sí mismo como “el ángel de Portugal”, el “ángel de la paz”.

En esta aparición, se destacan dos aspectos: por un lado, el hecho de que toda una nación tenga un ángel custodio, lo cual, nos dice que también nuestra Patria tiene su ángel custodio; por otro lado, el hecho de que se presentara como “el ángel de la paz”, algo significativo, teniendo en cuenta que Europa y el mundo se encontraban envueltos en una Guerra Mundial, la Primera, y se encaminaban a la Segunda, mucho más devastadora: el ángel se presenta como “el ángel de la paz”, como el garante del cielo de algo de lo que el mundo carecía en ese entonces, y que, a la luz de los acontecimientos, constituiría un don preciadísimo de Dios y un signo de predilección divina para con ese país, ya que Portugal prácticamente no intervino en la Segunda Guerra, lo cual hace suponer que también el ángel de Argentina tiene un don especial de Dios para nuestra Patria.

En sus apariciones, el Ángel de Portugal les mostró a los pastorcitos un Cáliz, que tenía una Hostia que se sostenía en el aire, y de la cual se vertía sangre, adoró la hostia con la frente en el suelo, les enseñó la oración de reparación, les dio la comunión, y les dijo: “Orad así. Los corazones de Jesús y de María están atentos a vuestras súplicas”.

A nosotros no se nos aparece un ángel, pero la Iglesia nos da lo mismo que el ángel de Portugal a los pastorcitos: a los pastorcitos, el ángel de Portugal se presentó como el ángel de la paz: a nosotros la Iglesia nos da la paz de Cristo Dios; en Fátima, el ángel les mostró un cáliz con una Hostia de la cual caía sangre: a nosotros, la Iglesia nos muestra la Hostia y el cáliz que contiene la sangre del Cordero; en Fátima, el ángel les enseñó la oración de la adoración frente a Jesús Sacramentado –“Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo, Te pido perdón por los que no creen, ni esperan, ni Te adoran, ni Te aman”- y les enseñó a adorar a Cristo Dios en la Eucaristía: a nosotros, la Iglesia nos da la oportunidad, en la Misa, de adorar al Cordero en el Sacramento del altar, arrodillándonos frente a Su Presencia sacramental y repitiendo la misma oración de adoración de los pastorcitos.

Al ángel custodio de Argentina, que se hace presente en la santa misa, adorando a Jesús Sacramentado junto con todos los ángeles del cielo, le pedimos que así como el ángel de Portugal le dio a ese país la paz en medio de la guerra, a nosotros nos de no la falsa paz que da la rendición, sino la paz verdadera que viene con la justicia de recuperar, aún por la guerra, el territorio patrio arrebatado por el ladrón anglosajón; al ángel custodio de Argentina, que adora en el altar con nosotros a Jesús Eucaristía, le pedimos por la recuperación de nuestras Islas Malvinas, para que pronto flamee para siempre en sus prados nuestra Bandera Nacional, el Manto de María de Luján. Que los corazones de Jesús y de María, así como escucharon las súplicas de los pastorcitos, así escuchen nuestras súplicas por nuestras Islas y por nuestra Patria.

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