EL 5 DE MARZO DE 1988, LA NACIÓN ARGENTINA PONE EN MARCHA LA "OPERACIÓN GRIFO": EL AVIÓN BOEING 707-387C VR-21, EL LOCKHEED L-188PF ELECTRA, Y LA LANCHA TORPEDERA P-85 ARA "INTRÉPIDA" EN ACCIÓN, Y CON TAN POCO, PONEN EN JAQUE AL ENTERO PODER BRITÁNICO EN EL ATLÁNTICO SUR
No es casual que el peronismo, en el año 2006, desprogramara al avión de inteligencia electrónica, de comunicaciones y de señales Boeing 707-387C VR-21 del V° Escuadrón de la I Brigada Aérea Fuerza Aérea Argentina (https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=750676858461031&id=746036608925056), a pesar de estar en excelentes condiciones y con gran vida útil remanente, pero mezquinando míseros 5 millones U$D para realizar el overhaull correspondiente que le permitía al avión seguir operando. Era un recurso estratégico para garantizar la Defensa Nacional, o sea lo que el peronismo aborrece: defender la Soberanía Argentina.
Obviamente el VR-21 de Fuerza Aérea no fue la única víctima de la desidia peronista, y la otra aeronave de iguales capacidades, pero perteneciente al Comando de Aviación Naval de la Armada Argentina, el avión Lockheed L-188PF Electra Wave 6-P-104, que si bien por decisión polìtica ya no operaba desde el año 1999, no se lo reintegró al servicio ni se aprovechó para instalar en algún P-3B de los llegados al paìs vìa FMS en la gestión Menem, el equipamiento electrónico desmontado del Wave, y también fue condenado a muerte en la gestión presidencial del masón peronista, y miembro de la Internacional Socialista, Néstor Kirchner, siendo que para el año 2008 ya era historia.
Estos aviones fueron decisivos para mantener bajo estricto control la actividad del enemigo que mantenía, y aún mantiene, bajo ocupaciòn militar parte del territorio argentino (1.5 millones km², ganados por el inglés entre 1983 y hoy, sin disparar un solo tiro), que siendo una de las principales premisas del peronismo destruir la Defensa y Seguridad Nacional, como base para desarticular al nacionalismo argentino, estos medios de operaciones estratégicas no tenían lugar en el inventario de las Fuerzas desArmadas Argentinas soñadas por esa gestión, y su desprogramación y destrucción era vital para alcanzar el perverso fin político que tales políticos perversos perseguían.
Recordemos que en el año 1988 Gran Bretaña desplegó un gran operativo militar en la zona ocupada de Malvinas y gran parte del Atlántico Sur, denominándolo "Fire Focus", y en clara demostración de hostilidad y poder. Esta situación resultó intolerante para el gobierno argentino, y el entonces canciller Dante Caputo realizó los contactos pertinentes con el secretario de la Organización de Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, con el claro objetivo de que solicite a Londres la interrupción de tales maniobras bélicas.
Es así que durante marzo y por primera vez desde la guerra de Malvinas en 1982, el gobierno Argentino procede a solicitar la convocatoria del Consejo de Seguridad para abordar el tema, así es que el día 17 de marzo de 1988, el canciller Dante Caputo denuncia "la situación generada por las maniobras unilaterales realizadas por Inglaterra sobre el Atlántico Sur", en respuesta a los ejercicios, ya anunciados en el mes de febrero por el Ministerio de Defensa Británico, que comenzaron el 16 de marzo y se iban a extender hasta el día 31 de ese mismo mes, en la zona ya reseñada. Los ejercicios, basicamente, consistieron en un refuerzo de la defensa área de las islas Malvinas, el despliegue de tropas hacia las mismas y cobertura naval por medio de las unidades involucradas en "Fire Focus"
Del mismo participaron aviones de la RAF (Roya Air Force), buques de la RN (Royal Navy) y aproximadamente 1.000 efectivos del Royal British Army y los Royal Marines que fueron transportados a Malvinas desde las islas Británicas. Antes que dieran inicio las maniobras, el gobierno argentino convocó una reunión extraordinaria del Consejo permanente de la OEA, donde se obtuvo una resolución favorable, pero que como toda resolución internacional, que siempre fueron desfavorables para Gran Bretaña, ésta decidió ignorarla e igual ejecutar las maniobras.
En base a ello, y en lo que fue uno de los pocos actos de firme y soberana posición de la administración Alfonsín, se decidió responder militarmente, y rápidamente Argentina reaccionó desplegando la "Operación Grifo", realizada entre los días 5 y 27 de Marzo de 1988, en donde prácticamente la Defensa Nacional movilizó todos los elementos de la Flota de Mar de la Armada Argentina, del Comando Aviación Naval y de la Fuerza Aérea Argentina disponibles.
Fue en ese momento que la posesión del avión Boeing 707-387C VR-21 fue vital, y muy intensa, y junto con el apoyo del Lockheed L-188PF Electra, que en esas fechas si bien no habìa sido aún modificado a la configuración WAVE, ya operaba como aeronave de inteligencia electrónica del COAN, ya que desde principios de 1983 montaba en forma provisoria un equipo MAE (Medidas de Aopoyo Electrònico) qe operaban en el rango de 8/9.000 MHZ., realizando con mucha efectividad tareas en la especialidad de inteligencia electrónica (la transformación en Wave, con el sistema judìo IAI SIGINT 240, que incluía el sistema Elint/Sigint Elta EL/L-8300, evidentemente muy mejorado, se ordenó luego de la "Operaciòn Grifo" y recién se realizó en 1990), que entre esos días se dedicaron a recolectar la mayor cantidad de información electrónica de todos y cada uno de los medios desplegados por los ingleses durante las maniobras.
Los buques y aeronaves británicas no podían realizar desplazamiento ni operación alguna sin que de inmediato quedaran expuestos a los medios argentinos, y que en más de una ocasión se lo hacíamos saber desplazando buques y aeronaves para contrarrestar sus movimientos, lo cual exacerbaba los nervios de los mandos británicos que constantemente, una y otra vez, veían caer en las redes de las fuerzas argentinas sus movimientos supuestamente sigilosos.
Estas operaciones militares supusieron una alta tensión diplomática y militar entre ambos países y tiempo después se conoció que los ingleses quedaron muy molestos y frustrados, principalmente por las “sigilosas” actividades del VR-21, el L-188PF y de las misiones de inteligencia de la lancha torpedera P-85 ARA "Intrépida", que desplegada en la Isla de los Estados, recabava información de primer orden para mantener bajo control al despliegue británico. Desde ya, la postura de la administración Alfonsín, no se puede negar y hay que bien resaltarlo, fue firme, soberbia, formidable, y en clara defensa de los intereses argentinos.
A Gran Bretaña no le quedó la menor duda que las operaciones con margen de sigilosidad y sorpresa, como las ejecutadas muchas veces durante la guerra de 1982, ¡ahora eran imposibles!, y Argentina dominaba todo el rango de cobertura aeronaval que Gran Bretaña podìa desplegar. A partir de ese momento los ingleses se plantearon la neutralización de tal capacidad argentina, y ello sólo fue posible gracias a la traiciòn y corrupciòn política argentina, que en años posteriores y sin justificación alguna para los intereses argentinos, hicieron todo lo posible para destruir tal capacidad y así sólo beneficiar al enemigo, que así lo hicieron, sirviendo al enemigo, como los mismos hechos lo demuestran.
Hoy Argentina ya no puede siquiera saber que buque o aeronave enemiga opera en territorio argentino bajo ilegal ocupación armada; sólo si Gran Bretaña notifica de tales desplazamientos como generalmente hace, y dentro de las cláusulas del Acuerdo Madrid, Argentina toma conocimiento de la actividad militar en esos territorios, dependiendo de la buena fe de quien no la posee (sino no sería invasor), ya que si así no fuera hoy Gran Bretaña puede plantar dos superportaaviones con toda una escuadra de batalla en torno a Mavinas o cualquier parte del Atlántico Sur, que en las esferas de poder de Buenos Aires de no ser por algún chivato ruso, ¡jamás se entrarían!
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