Nuestra Señora de Malvinas

lunes, 16 de agosto de 2021

San Martín, Padre de la Patria católico

 



          La Nación Argentina ha recibido muchos dones del Cielo, como por ejemplo, el tener a España como Patria Madre, el haber recibido de España, como herencia más valiosa, la religión católica -la más hermosa religión del mundo- y el idioma español -el idioma más hermoso del mundo-; como consecuencia de su herencia hispana y católica, Argentina ha recibido también el don de tener como Bandera Nacional a los colores del Manto de la Inmaculada de Luján, el tener a la Madre de Dios como Dueña y Patrona de la Patria Argentina, el haber firmado el Acta de Independencia -una independencia, por otra parte, no buscada, sino recibida por el desencadenarse de los acontecimientos- a los pies del Cristo de los Congresales en Tucumán, etc. En otras palabras, Argentina ha sido inmerecidamente beneficiada por el Cielo desde su nacimiento a los de Cristo crucificado y arropada por el Manto celeste y blanco de la Inmaculada Concepción.

          Pero también ha sido beneficiada por el Cielo en la persona del Padre de la Patria, el General Don José de San Martín. Más allá de las circunstancias políticas del momento, que condujeron, como dijimos, a una independencia de España que nunca fue buscada ni mucho menos obtenida como premio a una “revolución de Mayo” que nunca existió, se destaca en el General San Martín, además de la nobleza humana de su persona, su condición de católico practicante, condición que está muy bien documentada por la Historia. San Martín, por ejemplo, se encargaba personalmente de que no faltaran capellanes militares para el naciente Ejército Argentino; hacía rezar el Rosario a la tropa; dispuso que a los soldados se les impusiera el Escapulario de la Virgen del Carmen; finalmente, donó a la Madre de Dios el grado de Generala del Ejército Argentino -el Ejército de los Andes- en acción de gracias por considerar que la Virgen había intervenido milagrosamente para otorgarle el triunfo en el campo militar.

          A la distancia de los hechos que llevaron a la Independencia, podría decirse que el mejor camino para Argentina habría sido permanecer unida a España geopolíticamente y que por lo tanto el rol del General San Martín podría haber sido el de liderar la independencia, pero bajo otros términos, etc. -algunos sostienen que lo mejor para Argentina e Hispanoamérica es regresar a la unidad geopolítica con España, por ejemplo-, pero lo que nos lleva a admirar a la figura del General San Martín es, como dijimos, la nobleza de su persona -reflejada entre otras cosas, en los consejos dados a su hija- y su condición de fiel católico, devoto de la Virgen, del Rosario, del Escapulario, de la Santa Misa y de la Eucaristía. Como argentinos, es un deber ineludible no solo contemplar la figura del General San Martín, sino tratar de emularlo, en la medida de nuestras humildes posibilidades, en su nobleza personal y en su fervor y piedad mariana y eucarística.

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