El 14 de Junio de 1982, el invasor inglés tomó Puerto Argentino, luego de duros combates con las fuerzas argentinas desplegadas en las Islas.
En un papel firmado por el Comandante de las fuerzas Británicas, General Jeremy Moore, y el General Mario Benjamín Menéndez, Gobernador de las Islas Malvinas, quedó decretado y firmado el alto del fuego.
Pero la sangre de los soldados argentinos que dieron sus vidas por
Sepultados sus cuerpos en el fondo del mar y en la turba de Malvinas, los tripulantes del Belgrano y los heroicos soldados argentinos que murieron por defender a su Patria del agresor, gritan a los hombres, a las naciones y a la historia: “¡Nunca nos rendimos y jamás nos rendiremos! ¡Las Islas Malvinas son Argentinas!”.
Los héroes argentinos descansan con sus cuerpos, en el fondo del mar, o en el suelo de las Islas, pero sus almas están en lo alto, en el cielo, haciendo guardia junto a las estrellas, y desde allí nos repiten, una y otra vez: “¡Nunca nos rendimos y jamás nos rendiremos! ¡Las Islas Malvinas son Argentinas!”.
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