Nuestra Señora de Malvinas

lunes, 16 de junio de 2025

¡PLAN ANDINIA, ESCISIÓN DE LA PATAGONIA DEL RESTO DE LA ARGENTINA! ¡TRAIDORES A LA PATRIA!

 


¡PLAN ANDINIA, ESCISIÓN DE LA PATAGONIA DEL RESTO DE LA ARGENTINA! ¡TRAIDORES A LA PATRIA!
¡REPUDIAMOS CON TODAS NUESTRAS FUERZAS
ESTA ABOMINABLE TRAICIÓN A LA PATRIA!

sábado, 14 de junio de 2025

La "Batalla de la Máxima Resistencia" en la Guerra de Malvinas

 Acto de la máxima resistencia

La "Batalla de la Máxima Resistencia" en la Guerra de Malvinas hace referencia al combate final librado por las fuerzas argentinas en la madrugada del 14 de junio de 1982, especialmente en torno a los últimos bastiones de defensa en Puerto Argentino (Stanley), como el Monte Tumbledown, Wireless Ridge y Monte Longdon.

 

¿Por qué se la llama así?

 

Se la denomina "Batalla de la Máxima Resistencia" porque fue el momento en que los soldados argentinos, agotados, con bajas temperaturas, escaso armamento y pocas provisiones, resistieron con heroísmo y tenacidad el asedio final de las fuerzas británicas, que contaban con superioridad logística, armamentística y aérea.

 

Fue una defensa encarnizada por parte de conscriptos, suboficiales y oficiales argentinos que, pese a las adversidades, lograron causar numerosas bajas al enemigo y retrasar su avance hacia la capital del archipiélago.

 

Significado histórico

 

Esta batalla es recordada como el símbolo del coraje y la entrega de los soldados argentinos, muchos de ellos jóvenes de 18 o 19 años, que enfrentaron una fuerza mucho más poderosa con un espíritu de sacrificio que sigue siendo motivo de homenaje y reconocimiento hasta el día de hoy.

 

Es, en definitiva, un acto de resistencia final antes de la rendición formal de las tropas argentinas el 14 de junio de 1982, lo que marcó el fin del conflicto bélico.

 


La Batalla de Malvinas la perdieron los conspiradores apátridas del continente

 


ARGENTINA EN GUERRA. 1982 GUERRA DE MALVINAS: CON LA ESPALDA CONTRA LA PARED, Y SIN CHANCE ALGUNA DE VICTORIA, EL GENERAL MENÉNDEZ DEBE DECIDIR ENTRE LA VIDA DE SUS HOMBRES O "EL QUE DIRÁN..."

  En esta imágen del destructor Type 42 HMS "Cardiff" (D-108) de la Royal Navy, puede observarse con claridad el volumen de fuego MÓVIL que este navío, o sea uno solo de los 5 o 6 navíos de los que la Task Force británica podía disponer por misión, podía desarrollar sobre cualquier objetivo argentino en la zona de Puerto Argentino.

  En la noche del 5 de junio de 1982 el HMS "Cardiff" con su afuste monotubo Mk-8 disparó 227 proyectiles de 114 mm, a mayor velocidad y mayor alcance que la batería completa de los "CITER" de 155/33 mm. del Ejército Argentino (que de todas maneras era estática, ya que en Malvinas era casi imposible operar ese material pesado, y menos aún movilízarlo). La imágen se tomó en la mañana del 6 de junio cuando ya se replegaba luego de la incursión y corrida de fuego nocturna.

  Esto da una idea de lo que el General Menéndez debió sopesar al tomar la decisión de rendir la guarnición bajo su mando, que el 13 de junio, y sin posibilidad de victoria alguna, quedaba sitiada en tan reducido espacio.

  Menéndez desde su puesto de comando estático, ya que sus defensas eran estáticas (Woodward jamás abandonó su puesto y responsabilidades durante toda la guerra; Thompson también; Moore también, con la sola diferencia que debió comandar desde una tienda de campaña en puesto móvil ¡porque sus fuerzas eran móviles!), estuvo expuesto al fuego enemigo igual que cualquier argentino de la guarnición de Puerto Argentino durante toda la guerra; de hecho el puesto de comando de Menéndez (la Comisaría) fue bombardeado explícitamente para matarlo, y no es admisible siquiera sopesar cobardía alguna de su parte. Para el 14 de junio de 1982 a Gran Bretaña sólo le quedaba un máximo de 7 días de autonomía de combate antes de irreversiblemente perder la guerra. 

  La resistencia de Puerto Argentino aún era posible por otras 48 a 72 horas, tal vez algo más. Se había acopiado gran cantidad de material para esa eventualidad, los famosos galpones "llenos de suministros hasta el techo", que por esa razón, amén de la imposibilidad de abastecer ciertas unidades de primera línea -el enemigo no lo iba a permitir, y de hecho no lo permitió-, ¡estaban atiborrados de insumos!; pero para el 14 de junio se sabía ya que Puerto Argentino caía, ya que hasta las alturas que rodeaban la guarnición habían ya caído. De Menéndez haber sido un cobarde desalmado, como los operadores gramscianos de la historia afirman tan mendazmente, se escondía en un pozo y ordenaba la defensa a ultranza, sosteniendo Puerto Argentino otros dos o tres días, ¿con 300, o 500 soldados argentinos fallecidos más?, y todo para que la guarnición caiga igual.

  Su decisión de rendir la guarnición fue la más sensata y humanitaria, no la única, pero sí la más sensata y humanitaria, ¡y pensando en la tropa, que todo lo había dado por la Patria!

  Si la guerra se perdió luego es sólo porque al caer Puerto Argentino, los conspiradores de Buenos Aires entraron en acción y derrocaron al Presidente Galtieri (ver enlaces adjuntos). Estos eran una pequeña cantidad de militares de una facción política contraria a Galtieri, y que deseaba el poder, más un grupo de políticos peronistas, radicales y sindicalistas (estos también peronistas), junto al embajador estadounidense, y que así lo venían pergeñando a partir del desembarco en San Carlos, el 21 de mayo anterior.

  El Teniente General Galtieri, y en especial el Almirante Anaya, deseaban seguir la guerra desde el continente, sabedores de que Argentina tenía el poder de combate intacto, venía ayuda en camino o ya estaba ésta en manos argentinas, comenzando por los 10 cazas Mirage 5P peruanos, que sólo con ellos se cubrían ya las pérdidas de Mirage sufridas, además 23 Mirage IIICJ/BJ, y 16 A-4E judíos (que al final no llegaron por estafa judía), entre otro material (Exocet, por ejemplo); y el inaplazable vencimiento de la autonomía de combate británica, sin posibilidad de relevo alguno, y reconocida por el propio enemigo.

  Para Menéndez era este poder de fuego contra una guarnición que igual iba a caer, o salvar a cuantos argentinos sea posible, que la guerra aún podía ejecutarse desde el continente pero que, como ya sabemos hoy, los traidores y apátridas que conspiraban no lo permitieron.

  44 días seguidos nuestros soldados, desde el comandante máximo de la guarnición hasta el último soldado conscripto, defendiendo la Patria soportaron este poder de fuego y mucho más. Quien se atreva a poner en duda el valor y patriotismo de esos argentinos, aquí será considerado un agravio, los hechos lo demuestran.

El almirante Woodward, comandante de la Task Force, reconoce que era imposible ganar la guerra si "los argentinos soplaban" siquiera una vez más, si la guerra continuaba, pero a Galtieri, y a todos los soldados que deseaban seguir la lucha, no se lo permiteron los conspiradores:

https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=822990074563042&id=746036608925056

Así comenzó el desarme y entrega de Argentina. La caída de don Leopoldo Fortunato Galtieri otorga la victoria a unas irreversiblemente agotadas fuerzas británicas. La Guerra de Malvinas que Gran Bretaña y la OTAN sólo pudieron ganar conspirando con traidores en sedes diplomáticas de Buenos Aires:

https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=833468776848505&id=746036608925056

La caída de Don Leopoldo Fortunato Galtieri otorga la victoria a unas irreversiblemente agotadas fuerzas británicas. La Guerra de Malvinas que Gran Bretaña y la OTAN sólo pudieron ganar conspirando con traidores en sedes diplomáticas de Buenos Aires:

https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=1069594589902588&id=746036608925056

18 de junio de 1982, traicionado por los políticos y militares que lo acompañaban, y abandonado por el Pueblo que lo aplaudió, es derrocado el Presidente de facto Leopoldo Fortunato Galtieri a sólo 72 horas de la inaplazable capitualción británica:

https://www.facebook.com/746036608925056/posts/1370525339809510/

En 1982 los mandos argentinos no contaron con un pueblo argentino igual al pueblo chileno de 1818... 25 de marzo de 1818, el derrotado General San Martín ingresa a Santiago de Chile luego de la debacle de Cancha Rayada. Nadie se fue a ver un show de entretenimiento ni le arrojó piedras, como el 15 de junio de 1982 mirando el Mundial de Fútbol o atacando la Casa Rosada los argentinos hicieron para no seguir luchando por la Patria:

https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=792350100960373&id=746036608925056

El 5 de diciembre de 2018 murió el verdadero responsable de la derrota argentina en la Guerra de Malvinas, el conspirador y entonces embajador estadounidense en Buenos Aires, Harry Walter Shlaudeman:

https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=972488516279863&id=746036608925056

Seguimos derribando "El Relato" oficial de apátridas y traidores, del enemigo. Otra muestra de realidad para seguir desenmascarando las mentiras que nos trajeron a la actual infamia que vivimos. Las verdaderas y aterradoras cifras de bajas de oficialidad y suboficialidad en la Guerra de Malvinas:

https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=830297297165653&id=746036608925056

viernes, 6 de junio de 2025

La Bandera Nacional Argentina lleva los colores del Manto de la Inmaculada Concepción por Divina disposición

 



         Al estudiar el origen de los colores de la Bandera Nacional Argentina, se deben tener en cuenta dos hechos esenciales, de modo de no caer en lugares comunes llenos de falsedades, como que la Bandera Argentina lleva los colores del cielo.

         El primero, es el hecho histórico, comprobado, de la existencia de la devoción a la Inmaculada Concepción en el Virreynato del Río de la Plata y de la utilización de los colores de la Inmaculada como enseña distintiva para las Indias. Dice así el historiador Vicente Sierra[1], de quien tomamos la siguiente recopilación: “Cuando el rey Carlos III consagró España y las Indias a la Inmaculada en 1761, y proclamó a la Virgen principal Patrona de sus reinos; creó también la Orden Real de su nombre, cuyos caballeros recibían, como condecoración, el medallón esmaltado con la imagen azul y blanca de la Inmaculada, pendiente al cuello de una cinta de tres franjas: blanca en el medio, y azules a los costados. El artículo 40 de los estatutos de la Orden, retomados en 1804, dice: ‘Las insignias serán una banda de seda ancha dividida en tres franjas iguales, la del centro blanca y las dos laterales de color azul celeste”[2]. Según este dato, entonces, ya desde la época del rey Carlos III, tanto España como las Indias, estaban consagradas a la Virgen, en cuyo honor se crea la Orden Real de la Inmaculada, que lleva los colores azul y blanco. El otro dato histórico incontrastable es el de la devoción mariana del General Belgrano, en particular a la Inmaculada Concepción y en el hecho de que fue un acto de devoción mariana el elegir los colores de la Bandera Argentina tomándolos del Manto de la Virgen: así lo afirma un historiador, Guillermo Furlong, quien profundiza en la devoción mariana del General Belgrano, y la relaciona con la creación de la insignia nacional: “…al fundarse el Consulado en 1794, q1uiso Belgrano que su patrona fuese la Inmaculada Concepción y que, por esta causa, la bandera de dicha institución monárquica constara de los colores azul y blanco. Al fundar Belgrano en 1812 el pabellón nacional, ¿escogería los colores azul y blanco por otras razones diversas de las que tuvo en 1794? El Padre Salvaire no conocía estos curiosos datos y, sin embargo, confirma nuestra opinión al afirmar que ‘con indecible emoción cuentan no pocos ancianos, que al dar Belgrano a la gloriosa bandera de su Patria, los colores blanco y azul celeste, había querido, cediendo a los impulsos de su piedad, obsequiar a la Pura y Limpia Concepción de María, de quien era ardiente devoto’”[3]. En otras palabras, el General Belgrano quiso honrar a la Virgen y para ello tomó los colores del Manto de la Inmaculada Concepción. La devoción mariana se comprueba porque su tesis doctoral fue la defensa de la Inmaculada Concepción; el hecho histórico de que tomó los colores del Manto de la Inmaculada está atestiguado por las declaraciones de su hermano, el Sargento mayor Carlos Belgrano: “Mi hermano tomó los colores de la bandera del Manto de la Inmaculada de Luján, de quien era ferviente devoto”[4] y también por la identificación con la Madre de Dios, y con los colores de su manto, que el Coronel Domingo French, en una proclama en Luján, el 25 de septiembre de 1812, dice así: “¡Soldados! Somos de ahora en adelante el Regimiento de la Virgen. Jurando nuestras banderas os parecerá que besáis su manto. …Al que faltare a su palabra, Dios y la Virgen, por la Patria, se lo demanden”[5], lo cual da constancia de que los patriotas argentinos eran conscientes del hecho de la Bandera Nacional Argentina llevaba los colores del Manto de la Inmaculada Concepción.

         El segundo elemento a tener en cuenta es de orden teológico y demuestra que la Nación Argentina lleva en su Bandera Nacional los colores el Manto de la Virgen en su advocación de la Inmaculada Concepción, no por un gesto de buena voluntad nacido del corazón mariano del General Belgrano, sino que viene directamente de la Santísima Trinidad. En efecto, si el acto del General Belgrano fue el de honrar a la Virgen, eso fue un acto de devoción mariana a la Madre de Dios, pero nadie puede realizar ese acto si no está movido por la gracia, gracia que proviene de Dios como de su fuente increada -Dios es la Gracia Increada en Sí misma- y que además tiene a la Virgen como a su Medianera, puesto que la Virgen es Medianera de todas las gracias, desde las más pequeñas hasta las más grandes y si es Medianera de todas las gracias, esta gracia, la de querer honrar a la Madre de Dios, proveniente de la Trinidad, pasó a través del Inmaculado Corazón de María. Lo que le corresponde al General Belgrano es su libertad en aceptar la gracia proveniente de Dios a través de la Virgen.

         De esta manera, comprobamos por dos fuentes incontestables, la histórica y la teológica, que la Nación Argentina posee, por Divina Voluntad, la Bandera Nacional más hermosa de todo el mundo: el Manto de la Inmaculada Concepción.



[1] Sierra, V., Historia de la Argentina, Ediciones Garriga Argentina, Tomo V, 1962, L. III, cap. II.

[2] Cfr. Rottjer, A., El general Manuel Belgrano, Ediciones Don Bosco, Buenos Aires 1970, 62.

[3] Furlong, G., Belgrano, el Santo de la espada y de la pluma, Club de Lectores, Buenos Aires 1974, 35-36.

[4] Cfr. Rottjer, A., El general Manuel Belgrano, Ediciones Don Bosco, Buenos Aires 1970, 62.

[5] Proclama del Coronel Domingo French, pronunciada en Luján el 25 de septiembre de 1812; en P. Salvaire, J. M., Historia de Nuestra Señora de Luján, Tomo II, 1885, 268ss.


jueves, 29 de mayo de 2025

UN 25 DE MAYO DE 1899, EN RÍO GALLEGOS, NUESTROS ORIGINARIOS; LOS AONIKENK (TEHUELCHES), FESTEJABAN ESTE DIA PATRIO.

 


UN 25 DE MAYO DE 1899, EN RÍO GALLEGOS, NUESTROS ORIGINARIOS; LOS AONIKENK, FESTEJABAN ESTE DIA PATRIO.  

Día del glorioso Ejército Argentino

 


DÍA DEL EJERCITO ARGENTINO

Tras la formación del primer gobierno patrio, el 25 de mayo de 1810, fue necesario disponer de una fuerza reglada que velara por el derecho del pueblo argentino a la autodeterminación y a la defensa de su integridad territorial, por lo que se decretó la creación de los cuerpos militares.

En este día saludamos a todos los camaradas de nuestro Ejército.


#Granaderos #Granadero #SanMartin #Ejercito #SomosPatria #Granaderosacaballo #Ejercito #Caballeria #EjercitoArgentino #SomosGranaderos #EscoltaPresidencial #HerederosDelLibertador #UnRegimientoConHistoria

martes, 27 de mayo de 2025

SAN MARTÍN NO ERA MASON



SAN MARTÍN NO ERA MASON


El propósito de este artículo es difundir tres Documentos, publicados en una revista especializada [1], cuyo director, Patricio Mac Guirre, ha realizado un aporte extraordinario a

la historia argentina, demostrando lo que afirmamos en el título. Desde mediados del siglo pasado algunos historiadores han sostenido que el General San Martín fue masón, e incluso, interpretan su retiro del Perú como resultado de una decisión masónica disponiendo que Bolívar se hiciera cargo del mando en la gesta libertadora.


Recientemente, con motivo de cumplirse el aniversario de las batallas de San Lorenzo y de Caseros, la “Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones” publicó una carta en La Nación (26/1/98), manifestando que la masonería argentina “desea expresar, con serena unción, que San Martín y Urquiza han integrado el rol de sus miembros más conspicuos”.


[2].


Sorprende este tipo de aseveraciones, ya que, como lo admite uno de sus biógrafos más conocidos “no existe ningún documento para probar que San Martín haya sido masón” [3].


Cabe agregar el testimonio de dos ex-presidentes de la República, que desempeñaron, además, el cargo de Gran Maestre de la Masonería Argentina.

Bartolomé Mitre escribió:

“La Logia Lautaro no formaba parte de la masonería y su objetivo era sólo político” [4].


Es importante destacar que para esta cuestión Mitre consultó al General Matías Zapiola, quien había integrado la Logia. Por su parte, Domingo Faustino Sarmiento opinó: “Cuatrocientos hispanoamericanos diseminados en la península, en los colegios, en el comercio o en los ejércitos se entendieron desde temprano para formar una sociedad secreta, conocida en América con el nombre de Lautaro. Para guardar secreto tan comprometedor, se revistió de las fórmulas, signos, juramentos y grados de las sociedades masónicas, pero no eran una masonería como generalmente se ha creído...” [5].


La Revista Masónica Americana, en su Nº 485 del 15 de junio de 1873, publicó la nómina de las logias que existieron en todo el mundo hasta 1872, y en ella no figura la Lautaro [6].


Así, el único antecedente que pueden exhibir quienes defienden la hipótesis comentada, es una medalla acuñada por la logia “La Parfaite Amitié”, de Bruselas, en 1825.

Al respecto puede señalarse que la medalla sólo contiene la efigie del General y la inscripción “Au General San Martín”, sin dársele el tratamiento de “hermano” (H..). Como la Masonería no limita los homenajes a sus propios miembros, y la figura del Libertador era suficientemente conocida en Europa, dicho elemento no aporta ninguna evidencia [7].


Además, se ha llegado a determinar que en 1825 el rey de Bélgica, Guillermo I, dispuso acuñar diez medallas diseñadas por el grabador oficial del reino, Juan Henri Simeón, con la efigie de otras tantas personalidades de la época.


Aparentemente, debido a las necesidades políticas internas, el rey concedió a la logia citada la acuñación de la medalla destinada a San Martín. Hay que añadir que eso ocurrió en 1825, y en los siguientes veinticinco años que vivió San Martín en el viejo continente, no se produjo ningún hecho ni documento que lo vinculara a la organización.


Sobre la posición de San Martín en materia religiosa, ha investigado especialmente el P. Guillermo Furlong, quien llega a esta conclusión: “Hemos de aseverar que San Martín no sólo fue un católico práctico o militante, sin que fue además, un católico ferviente y hasta apostólico” [8].

Pero hay un testimonio curioso, que viene a confirmar lo dicho, con ocasión de una misión pontificia en Buenos Aires, presidida por Mons. Muzi, en 1824, estando San Martín ya alejado de toda función oficial. En esa oportunidad, el Gobernador Rivadavia no recibió al Vicario Apostólico, y tuvo actitudes sumamente descorteses.


Pues bien, el testimonio corresponde a un integrante de esta misión, el P. Mastai Ferreti; quien sería luego el Papa Pío IX, apuntó en su Diario de Viaje: “San Martín(...)recibido por el Vicario, le hizo las más cordiales manifestaciones” [9].


La Masonería fue condenada por el Papa Clemente XII mediante la Bula In Eminenti, del 4 de mayo de 1738, donde se prohibe “muy expresamente(...)a todos los fieles, sean laicos o clérigos (...) que entren por cualquier causa y bajo ningún pretexto en tales centros(...)bajo pena de excomunión...”.


Esta condenación fue confirmada por el Papa Benedicto XIV en la Constitución Apostólica Providas del 15 de abril de 1751, y como consecuencia, fue también prohibida la Masonería en España, ese año, por una pragmática de Fernando VI. Por ello es importante esclarecer este punto, pues “el catolicismo profesado por San Martín establece una incompatibilidad con la Masonería, a menos que fuera infiel a uno o a la otra” [10]. Consta en las Memorias de Tomás de Iriarte, que Belgrano rechazó la posibilidad de ingresar en la organización, “aduciendo, precisamente, la condenación eclesiástica que pesaba sobre la secta” [11].


Consideramos que los documentos obtenidos por Maguire aclaran definitivamente esta cuestión. El primero, responde a un cuestionario solicitando informes sobre logias: Lautaro, Caballeros Racionales Nº 7 y Gran Reunión Americana.


Las personas siguientes: Francisco Miranda, Carlos María de Alvear, Simón Bolívar [12], José de San Martín, Matías Zapiola, Vicente Chilabert, Bernardo O’Higgins, Luis López Méndez y Andrés Bello.


El segundo documento es la respuesta de la Gran Logia de Escocia, y el tercero, la correspondiente a la Gran Logia de Irlanda. Transcribimos a continuación la traducción de los tres documentos, y luego las copias de los originales en inglés.


En conclusión, si no existe ningún documento que contradiga el contenido de estas cartas de las propias autoridades masónicas, y, además, el análisis de su obra demuestra que el Gran Capitán “hizo lo contrario de lo que la Masonería procuraba, y fue hostigado por ésta” [13], el veredicto no merece ninguna duda: San Martín no fue Masón.


Documento I


Gran Logia Unida de Inglaterra Londres, 21 de agosto de 1979


Estimado Señor, Su carta del 7 de agosto de 1979, dirigida al Gran Maestre, me ha sido derivada para su contestación.


1. La Logia Lautaro era una sociedad secreta política, fundada en Buenos Aires en 1812, y no tenía relación alguna con la Francmasonería regular.


2. La tres Logias que Ud. menciona en su carta, jamás aparecieron anotadas en el registro o en los Archivos ni de los Antiguos ni de los Modernos ni de la Gran Logia Unida de Inglaterra: no hubieran sido reconocidas como masónicas en este país entonces o posteriormente.


3. Las seis personas mencionadas en su carta, de acuerdo a nuestros archivos, nunca fueron miembros de Logias bajo la jurisdicción de la Gran Logia Unida de Inglaterra.


4. La Gran Logia de Inglaterra no era el único organismo masónico existente durante el período en el cual Ud. está interesado. Existían Grandes Logias independientes en Irlanda, Escocia, Francia, Holanda y Estados Unidos de América, todas las cuales autorizaban la instalación de logias propias.


5. Nunca han existido medios legales para prohibir que extranjeros en Inglaterra crearan sus propias Logias, pero tal acción siempre ha sido considerada por la Gran Logia de Inglaterra como una invasión de su soberanía territorial, y las logias así creadas no serían reconocidas como regulares, ni se permitiría a sus miembros concurrir a las Logias inglesas, o que los masones ingleses concurrieran a aquellas.


Sinceramente suyo, James William Stubbs, Gran Secretario


Documento II


Gran Logia de Escocia Edimburgo, 30 de junio de 1980


Estimado Señor, Con eferencia a su carta del 17 de junio concerniente a las seis personas mencionadas en su comunicación, le informo que las conexiones que la Gran Logia de Escocia tuvo con Sudamérica fueron establecidas en fecha muy posterior a las de la Gran Logia Unida de Inglaterra, ya que la primera Logia Escocesa no fue autorizada hasta 1867.


Lamento no poder ayudarle en su investigación. Afectuosamente suyo, Gran Secretario


Documento III


Gran Logia de Irlanda Dublin, 24 de junio de 1980


Estimado Señor, Gracias por su carta del 17 de junio y por la copia de las cartas que Ud. recibió de la Gran Logia Unida de Inglaterra.


La Gran Logia de Irlanda nunca estuvo activa en Sud América y no hemos tenido relación alguna con los organismos que Ud. menciona.


La respuesta a las preguntas que Ud. específicamente formula son:


1. No hemos emitido patentes (Cartas de Instalación) a ninguna de las Logias arriba mencionadas y no existe registro alguno de ninguno de los nombres que menciona, como miembros de logias irlandesas.


2. No existe posibilidad alguna de que una logia nuestra haya emitido patentes o iniciado a ninguna de las personas mencionadas, por cuanto no estaban activas en sus áreas.


3. Desde el establecimiento de la Gran Logia de Irlanda en 1725 se estableció que temas de Política o Religión no podían ser considerados en ninguna de nuestras logias, ni éstas tampoco debían comprometerse en actividad política alguna. Este principio permanece vigente hasta el presente día.


Sinceramente suyo, J.O. Harte Gran Secretario


El testamento de San Martín


.....Quien es considerado, con justicia, el Padre de la Patria, San Martín, fue combatido y obligado al exilio por aquellos que no aceptaban que el alma de la patria fuese cristiana. Que renegaban de la tradición hispánica, pues preferían los postulados masónicos de la Revolución Francesa. Aún desde Europa, San Martín continuó hasta su muerte preocupándose por el cuerpo y el alma de la Argentina. En varias de sus cartas aboga por una mano firme que ponga orden en la patria. Cuando esa mano firme enfrenta al invasor extranjero, en la Vuelta de Obligado, San Martín redacta su testamento, disponiendo:


“El sable que me ha acompañado en la independencia de América del Sur, le será entregado al general de la República Argentina don Juan Manuel de Rosas, como prueba de la satisfacción que como argentino he tenido de ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla.” . . .


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NOTAS:


[1] Revista Masonería y otras sociedades secretas, Buenos Aires, Nº 2, noviembre de 1981, págs. 20-25; Nº 3, diciembre de 1981, págs. 15-20; Nº 5, febrero de 1982, págs 30-35.


[2] Carlos Steffens Soler: San Martín en su conflicto con los liberales, Librería Huemul, Buenos Aires, 1983, pág 27.


[3] Ricardo Rojas :El Santo de la Espada, Buenos Aires, 1983, pág. 71.


[4] Cit. por Héctor Piccinali: Testimonios católicos del General San Martín, Revista Mikael, Buenos Aires Nº 16, 1978, pág. 90.


[5] El General San Martín, cit. por H. Piccinali, op.cit. pág. 90


[6] Armando Tonelli: El General San Martín y la Masonería, Buenos Aires, 1944, págs 23-24.


[7] Roque Raúl Aragón: La Política de San Martín, Córdoba, Universidad Nacional de Entre Ríos, 1982, pág. 18-19; Cayetano Bruno: La religiosidad del General San Martín, Ed. Don Bosco, Boulogne, Buenos Aires, 1978, págs 21-22. A. J. Pérez Amuchástegui, sin prestar ninguna evidencia, opina que “es obvio que el General, como dice Le Belge, tenía que estar vinculado a esa hermandad para que le honrase” (Ideología y Acción de San Martín, Buenos Aires, Eudeba, 1966, pág. 88).


[8] Guillermo Furlong: El General San Martín, ¿Masón - Católico - Deísta?, Buenos Aires, Theoría, 1963, pág 136.


[9] P. Cayetano Bruno: Historia de la Iglesia en la Argentina, cit. por Héctor Piccinali en San Martín y el Liberalismo, Revista Gladius, Buenos Aires, Nº 19, 25/12/90, pág. 116.


[10] Roque Raúl Aragón, op.cit., pág.19.


[11] Tomás de Iriarte: Memorias. Tomo I, cit. por Aragón, op.cit., nota 8, pág.19.


[12] Existe documentación probatoria de que Bolívar perteneció a una logia de París, dependiente de la Masonería Francesa, por eso no figura registrado en la rama anglosajona.


[13] Aragón, op. cit., pág. 21 Ver menos

— con Leonardo Omar Falcon.