Hoy nuestra Patria, cuya Bandera Nacional es el Manto
celeste y blanco de la Inmaculada Concepción de Luján, se encuentra en un
gravísimo peligro, porque quienes conforman el des-gobierna que guía a la
Nación a un abismo sin fin, son los herederos ideológicos de los criminales
subversivos apátridas, los guerrilleros del ERP, la FAP, montoneros, quienes
pretendían convertir a la Argentina en un satélite de la Cuba comunista y de la
Unión Soviética, estados ateos y anticristianos por esencia y por antonomasia.
Las palabras del criminal y asesino de masas Santucho no eran dichas por
casualidad: “Debemos MATAR un millón de argentinos, para instaurar el
socialismo y el comunismo”. “MATAR” un millón de argentinos, decir una frase
así, refleja el odio y la intención preternaturales, satánicas, que movían a
los brutales asesinos subversivos de la década de los setenta. Luego de haber
sido derrotados militarmente, lamentablemente ganaron –por el momento- la
batalla cultural y es así que lograron colocar a un “camarada” suyo, el
marxista Raúl Alfonsín –marxista y abogado defensor de los apátridas y
criminales subversivos- como “padre de la democracia”, enmascarando su profundo
odio hacia Dios y hacia la Patria, tal como lo demostraría, entre otras cosas,
con su lema: “Con la democracia se come, se cura y se educa”, intentando, con
esta frase materialista y marxista, desplazar a Dios, quien es El que con su
Providencia nos alimenta, nos cura y nos educa y además limitando al argentino
a un trozo de materia sin espíritu, al establecer al menos implícitamente que lo
único que hacía falta era un gobierno “democrático”. Luego se sucedieron
diversos gobiernos, hasta el actual, todos caracterizados por carecer, en
absoluto, de un proyecto nacional de crecimiento y desarrollo material y espiritual,
constituyendo en cambio una casta política oligárquica desentendida del Pueblo
Argentino y dedicada a enquistarse en el poder para lograr más poder y más
riquezas para sí mismos. Hoy, quienes nos gobiernan, son los herederos
ideológicos de los subversivos apátridas quienes, por carecer de Dios y de
Patria, niegan a Dios –ley infame y genocida del aborto aprobada por este
gobierno- y traicionan a la Patria –entre otras cosas, destrucción de las
Fuerzas Armadas y entrega de nuestra soberanía nacional a China al otorgarle
una base militar en la Patagonia Argentina, con lo cual quedamos bajo la órbita
del Dragón rojo, el comunismo chino, además de la cesión de aguas territoriales
para la depredación a las flotas pesqueras piratas chinas, la práctica
rendición total frente al enemigo usurpador inglés en Malvinas y muchas otras
traiciones más-. Es por esto que nuestra Patria, cuya Bandera Nacional es el
Manto celeste y blanco de la Inmaculada Concepción, Nuestra Señora de Luján, es
el próximo objetivo de los apátridas, quienes tratan de implantar un régimen
comunista al estilo chino-cubano-soviético y así reemplazar a nuestra Bandera
Nacional por el trapo rojo del Dragón del Apocalipsis, el Comunismo.
Es hora de que despertemos del letargo en el que nos
encontramos los argentinos y nos demos cuenta que detrás de la política se
encuentran dos grandes enemigos de Dios y de la Patria, la Masonería y el
Comunismo, por lo que en realidad se trata de una lucha espiritual del Pueblo
Argentino, ya que la Masonería es la Bestia y el Comunismo es el Dragón del
Apocalipsis. Y si es una lucha espiritual, las armas son espirituales: el Santo
Rosario, la Santa Misa, el vivir en gracia, el invocar con frecuencia al Ángel
Custodio de Argentina. Nuestras únicas esperanzas de sobrevivir como Nación,
nuestra única esperanza de que la Bandera Nacional, el Manto celeste y blanco
de Nuestra Señora de Luján, no sea reemplazado jamás por el trapo rojo del
Dragón rojo comunista, son el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón
de María. ¡Viva la Patria! ¡Viva el Sagrado Corazón de Jesús! ¡Viva la Patrona
y Dueña de la Argentina, Nuestra Señora de Luján!
No hay comentarios:
Publicar un comentario