Nuestra Señora de Malvinas

viernes, 5 de junio de 2020

Sobre la guerrilla subversiva en Tucumán

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ERAN DOCE MAS SU JEFE UN CABO

Batalla de las Termópilas
La batalla de las Termópilas fue una confrontación de la Segunda Guerra Mádica en la que se enfrentaron una alianza de griegos lideradas por Esparta y el Imperio Persa.
La batalla duró tres días y se desarrolló en el paso de las Termópilas en agosto del 480 a .C.
Un ejército aliado griego formado por unos 5.000 hombres aproximadamente (según las estimaciones modernas), marchó al norte para bloquear el paso.
El ejercito persa, que conforme (también) a las estimaciones modernas estaría compuesto por unos 300.000 hombres, llegó al paso a finales de agosto o a comienzos de septiembre. Enormemente superados en número, los griegos detuvieron el avance persa durante siete días en total (incluyendo tres de batalla), antes de que la retaguardia fuera aniquilada.
Durante dos días completos de batalla, una pequeña fuerza comandada por el rey Leónidas I de Esparta bloqueó el único camino que el inmenso ejército persa podía utilizar para acceder a Grecia.
Tras el segundo día de batalla, un residente local llamado Efialtes traicionó a los griegos mostrando a los invasores un pequeño camino que podían utilizar para acceder a la retaguardia de las líneas griegas.
Sabiendo que sus líneas iban a ser sobrepasadas, Leónidas despidió a la mayoría del ejército griego, permaneciendo para proteger su retirada junto con 300 Espartanos, 700 Tespios, 400 Tebanos y posiblemente algunos cientos de soldados más, la mayoría de los cuales murieron en la batalla, unos 1500 hombres.
Tanto los escritores antigüos como los modernos han utilizado esta batalla como ejemplo del poder que ejerce el patriotismo y la defensa de su propio territorio en un pequeño grupo de combatientes.
Se ha convertido en un símbolo de la valentía frente a la adversidad insuperable.
NOSOTROS LOS ARGENTINOS TENEMOS NUESTRO PROPIO EJEMPLO:
Eran doce más sus Jefes, dos Cabos
Corría el 29 de mayo de 1975... DIA DEL EJERCITO ARGENTINO...
El Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP), se disponía a atacar el Comando Militar en el Monte de Tucumán, y avanzaba sigiloso por un camino secundario para lograr la sorpresa.
Se disponían a lograr una victoria aplastante ese día tan significativo.
Jamás imaginaron que en esa senda unos soldaditos estaban pintando una escuelita.
FUERON SORPRENDIDOS
Eran doce Soldados Salteños mandados por dos Suboficiales. En Manchalá.
Ni siquiera tenían la pretensión de ser Militares.
Sólo cumplían las Leyes de la República Argentina, en especial esa que imponía a los ciudadanos a cumplir con el Servicio Militar y habían ido allí por orden de un Gobierno Constitucional.
La mañana del 29 de mayo de 1975 los sorprendió pintando la escuelita de Manchalá.
Un poco más tarde la historia los puso en un brete del que todo hombre recela pues siempre tiene la duda de cómo responderá.
Sin embargo, no dudaron,
¿Cómo iban a dudar si habían crecido escuchando en cuentos y consejas las historias de los Infernales de Don Martín, los que a pura lanza le guardaron la frontera norte a San Martín.
¿Cómo iban a rehuir el combate si eran de la estirpe que le puso el pecho a cuanto enemigo quiso asolar su tierra?.
No preguntaron, ellos, los doce Soldados Salteños de Manchalá, cuántos eran los otros.
Solo sabían que eran muchos más que ellos pero respondieron al plomo con el plomo y en esas horas en que jugaron con la muerte se ganaron para siempre el mote de “Los bravos de Manchalá”.
Se enfrentaron ... casualmente ..., y pusieron en fuga a tan grande fuerza guerrillera, cobarde como los tropas del Che...
Un pueblo agradecido y un Ejército orgulloso levantaron en el cuartel donde se formaron un MONUMENTO para recordar su coraje.
Hoy, ... el monumento ha sido demolido.
Quizás, la demolición del monumento sea lo mejor.
Aquella frase de Simónides que alguna vez fue tallada en una piedra en las Termópilas quizás duró más tiempo que el Monumento a los Bravos de Manchalá, las inclemencias del tiempo son más generosas que la bajeza de los hombres.

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