¿Cuál es el origen
de la Bandera Argentina? ¿En qué se inspiró el General Manuel Belgrano para
darle los colores celeste y blanco? Una respuesta superficial y rápida,
proporcionada por la historiografía liberal, nos dice que el General Belgrano
se inspiró en el firmamento; es decir, simplemente, un buen día, miró hacia lo
alto, vio el color celeste del cielo y el blanco de las nubes, y decidió que
esos serían los colores de la enseña de la nueva nación surgía sobre la faz de
la tierra. Sin embargo, no hay nada más alejado de la verdad que esta versión,
la cual no tiene ningún asidero en la realidad. Los documentos históricos
prueban que el General Manuel Belgrano no se inspiró en el cielo atmosférico
para crear la bandera, sino que, debido a que era ferviente devoto de Nuestra Señora
de Luján, que es la Inmaculada Concepción. Así lo sostiene el autor A. Rottjer,
citando las declaraciones textuales del hermano del General Belgrano, el
Sargento Carlos Belgrano: “El sargento mayor Carlos Belgrano, que desde 1812
era comandante militar de Luján y presidente de su Cabildo, dijo: ‘Mi hermano
tomó los colores de la bandera del manto de la Inmaculada de Luján,
de quien era ferviente devoto’. Y en este sentido se han pronunciado también
sus coetáneos, según lo aseveran afamados historiadores”[1].
Esta consideración
no es de menor importancia, porque significa que la creación de la Bandera
Nacional fue un acto de devoción mariana, desde el momento en que el General
Belgrano quiso que la enseña nacional llevara explícitamente los colores del
Manto de la Inmaculada Virgen de Luján, y si fue un acto de devoción mariana,
fue una gracia, y si fue una gracia, fue concedida por la Virgen, Medianera de
todas las gracias, pues no hay gracia que no venga por medio de la Virgen y, si
la Virgen concede una gracia, es por voluntad de Dios. En síntesis, por
voluntad de Dios, nuestra Bandera Nacional, lleva los colores del manto de la
Virgen de Luján, la Inmaculada Concepción, lo cual es un honor, un halago, una
honra y una dicha sin igual para el pueblo argentino. Parafraseando al Coronel
Domingo French, en su proclama en Luján, del 25 de Mayo de 1812, podemos decir,
con alegría sobrenatural, que contemplar y besar la enseña nacional, es como
contemplar y besar el Manto de la Inmaculada de Luján[2].
Lamentablemente, la
alegría de poseer una Bandera Nacional, la más hermosa de todas las banderas
nacionales de la tierra, por ser el Manto de la Inmaculada de Luján, se ve
empañada este año por la triste noticia de que en nuestra Patria ha sido
aprobada una ley inicua, una ley que arrasará con la vida de muchos argentinos
inocentes e indefensos por nacer, la ley del aborto libre e irrestricto[3].
No podemos dejar de
mencionar este triste y lamentable hecho en este día patrio, porque la inicua ley,
aprobada en vísperas del Día de la Bandera, es de tal magnitud, que de alguna
manera ensombrece y llena de luto este día patrio y, anticipadamente, muchos
otros días más.
Que la Virgen de
Luján, Patrona y Dueña de nuestra Patria, se apiade de sus hijos argentinos.
[2] “¡Soldados! Somos de ahora en
adelante el Regimiento de la Virgen. Jurando nuestras banderas os parecerá que
besáis su manto. …Al que faltare a su palabra, Dios y la Virgen, por la Patria,
se lo demanden”. Proclama del Coronel Domingo French, pronunciada en Luján el 25 de
septiembre de 1812; en P. Salvaire,
J. M., Historia de Nuestra Señora de Luján, Tomo II, 1885, 268ss.
[3] https://www.aciprensa.com/noticias/argentina-legaliza-aborto-prohibe-ecografias-y-viola-libertad-de-conciencia-48520/
No hay comentarios:
Publicar un comentario