Nuestra Señora de Malvinas

lunes, 6 de julio de 2020

El 9 de Julio, Independencia pero no separación


FRANCISCANOS TUCUMAN: RELIQUIAS HISTORICAS: MUEBLES Y CRISTO DE ...

          Como argentinos, el 9 de Julio celebramos el Día de nuestra Independencia. Ahora bien, es necesario recordar las circunstancias en las que esta situación se produjo, para sacar lecciones del pasado que nos permitan comprender el presente y planificar el futuro. Ante todo, fue una independencia que no se produjo como consecuencia de una revolución o de una rebelión contra España: fue una independencia no querida o más bien no planificada como tal por los patriotas criollos, que hasta entonces eran tan españoles como los españoles mismos. La Independencia como tal, es decir, como auto-gobierno de sí mismos, se empezó a gestar en la península, con el apresamiento del rey Fernando VII por parte de las masónicas tropas de Napoleón. La ley en ese entonces determinaba que, ante una situación de acefalía, como la que se estaba provocando a causa de las invasiones francesas a España, las Provincias y Virreynatos de ultramar debían tomar a su cargo el auto-gobierno de sí mismas. Y esta es la razón por la cual Fray Castañeda, patriota franciscano testigo directo de los hechos de Mayo, considera a lo sucedido en Mayo de 1810 como un doble acontecimiento: por un lado, la más fiel y estricta obediencia al rey, porque no hubo sublevación contra su autoridad; por otro lado, el más fiel cumplimiento a la ley y el orden establecidos, que determinaba, como ya lo dijimos, el auto-gobierno de sí mismos desde el momento en que se producía la acefalía. En este sentido, la Independencia del 9 de Julio de 1816 no hay que verla sino como una continuación de los hechos providenciales de Mayo de 1810. Como todo en nuestra historia de Nación recién nacida en el mundo, tanto los hechos de Mayo de 1810, como la Independencia de 1816, hay que considerarlos como hechos providenciales, es decir, como queridos por Dios y no como planificados de antemano por los hombres. En este sentido, estamos de acuerdo nuevamente con Fray Castañeda, quien sostenía que el 25 de Mayo era un “día sagrado” y que debíamos “amanecer postrados ante el altar” eucarístico, dando gracias a Dios por tantos dones recibidos. Uno de estos dones es el que nos hayamos mantenido fieles a la Madre Patria España, combatiendo a sangre y fuego las infames Invasiones Inglesas, invasiones que fueron hechas por la no menos infame Inglaterra, que quería apoderarse de nuestras tierras, de nuestras vidas y de nuestro ser. El que hayamos resistido a estas invasiones y el que no nos hayamos separado nunca de España en cuanto a cultura y religión se trata, se demuestra en el hecho de que en nuestras tierras patrias se habla español y se cree en Jesucristo Dios. Fue precisamente a los pies de Nuestro Señor Crucificado, el llamado “Cristo de los Congresales”, en donde se llevó a cabo la firma de la Independencia. Ahora, ha llegado el momento histórico de reunificarnos con la Madre Patria, aunque esta reunificación no ocurrirá sino de la misma manera en que se produjo la separación: a los pies de Cristo crucificado.

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