Nuestra Señora de Malvinas

lunes, 25 de noviembre de 2013

Un Nuevo Combate de Obligado


         ¿Cuál es el significado del Combate de Obligado? ¿Por qué se elige a esta batalla como símbolo de la Soberanía Nacional? ¿Qué relación tiene este hecho con nosotros, argentinos del siglo XXI? Trataremos de responder a estas preguntas mediante la siguiente reflexión.
         Ante todo, debemos decir que el Combate de Obligado representa el paradigma de la lucha de los patriotas que dan sus vidas por la defensa de la Patria y su soberanía nacional porque lo que defendían los Patriotas de Obligado no era un paso de un río, sino a la Patria misma, porque estaba en juego su soberanía. La soberanía de una Nación es la autonomía de esa Nación no solo en sus asuntos terrenos, sino ante todo en relación a su destino de trascendencia eterna y esto es lo que fundamenta el hecho de que la soberanía no puede nunca resignarse ante poderes extra-nacionales o supra-nacionales, porque resignarla implica de modo automático la pérdida de la libertad de la Nación y la conversión en un pueblo de esclavos. Al perder la soberanía, una Nación deja de guiarse autonómamente para ser guiada por otra nación cuyos intereses son contrarios a los propios, además de implicar un riesgo seguro de muerte, porque la Nación esclavizante se apodera de los recursos vitales de la Nación esclavizada, condenándola a una muerte segura (esto, sin considerar además la humillación que significa el ser dominados por otros pueblos).
         Es por esto que el Combate de Obligado representa el modelo paradigmático de la lucha de una Nación por su libertad y su dignidad, porque combatir al agresor extranjero, tal como lo hicieron los Patriotas de Obligado al luchar contra el invasor anglo-francés, significa no solo la oposición a un destino seguro de esclavitud y muerte, sino ante todo, significa la elección de un destino trascendente, en la eternidad, al cual se llega sólo guiados por la Verdad Encarnada, Jesucristo, porque la sumisión al extranjero que trae esclavitud y muerte es un error, mientras que la lucha por liberarse de él y dirigirse libremente al destino de eternidad, es una verdad que, como toda verdad, participa de la Cristo, Camino, Verdad y Vida (Jn 14, 6).
         En otras palabras, si los Patriotas de Obligado se hubieran rendido sin combatir, permitiendo el paso del invasor anglo-francés, hubieran cometido un doble error: desde el punto de vista natural, porque estarían entregando la soberanía y los recursos vitales de la Nación, hecho que conduce a la muerte y contraría el instinto de supervivencia; desde el punto de vista sobrenatural también habrían cometido un error, porque la entrega sin lucha de la Patria a sus enemigos, contraría el deber del cristiano de defender la Patria ante una amenaza mortal. Si no hubieran combatido, los Patriotas de Obligado habrían cometido un doble error, y todo error es contrario a la verdad y la verdad, cualquiera sea, es una participación a la Verdad Encarnada, Jesucristo, que es el Único que nos hace libres -"la Verdad os hará libres" (Jn 8, 31-36)-, mientras que el error esclaviza. 
        Dicho de otra manera, el hecho de luchar contra el agresor e invasor de la Patria, como lo hicieron los Patriotas de Obligado, implica la determinación interior de ser guiados por la luz de la Verdad de Cristo -Verdad que nos libera y que por esto mismo nos quiere libres y no esclavos-, lo cual implica a su vez aceptar libremente el destino de eternidad al cual Cristo nos quiere conducir, tanto individual como colectivamente, es decir, como Nación, puesto que “Dios quiere que todos se salven” (1 Tim 2, 3-4).
         Lejos de pertenecer al pasado, el ejemplo de los Patriotas de Obligado es válido para nosotros, argentinos del siglo XXI, puesto que hoy acechan a la Patria numerosos enemigos que pretenden invadirla y profanarla, esclavizando a la Nación. No se trata de una invasión física y con armas de fuego, como en el pasado, sino de una invasión cultural y religiosa, mucho más insidiosa y peligrosa y mucho más difícil de combatir, porque lo que busca esta nueva invasión es anular la soberanía económica, cultural, política, de la Nación para integrar a nuestra Patria, así devastada, al globalismo del Nuevo Orden Mundial, globalismo en el que se pretenden unificar los gobiernos, las economías y las religiones en un engendro sincretista, neo-pagano y anti-cristiano.1
         La conmemoración del Combate de Obligado no puede quedar en el mero recuerdo nostálgico; por el contrario, dados los peligros mortales que acechan a nuestra Patria -peligros que, como dijimos, son de orden cultural y religioso-, el ejemplo de los Patriotas de Obligado debe conducirnos a la determinación de luchar, con las armas espirituales a nuestro alcance –oración, Santo Rosario, Misa, penitencia, sacramentos, misericordia-, contra el moderno  invasor globalista, que pretende arrebatarnos lo más valioso que tenemos como Nación y es nuestra Santa Religión Católica, Apostólica y Romana.